(...)  llamó a llegar a todas las periferias geográficas y existenciales, “como una finalidad del Año Jubilar. Pero no para abandonarlas luego, sino para que permanezcan como una prioridad pastoral”.

El prelado hizo esta advertencia en la instrucción pastoral “La misericordia de Dios y la nuestra” que, con motivo del Año Jubilar de la Misericordia, envió a la comunidad arquidiocesana. 

El arzobispo platense llamó también a llegar a todas las periferias geográficas y existenciales, “como una finalidad del Año Jubilar. Pero no para abandonarlas luego, sino para que permanezcan como una prioridad pastoral”. 

En este sentido, monseñor Aguer detalló que “las periferias existenciales son múltiples: la esclavitud de la droga y otras adicciones, la violencia doméstica, el maltrato de la mujer, los descuidos y orfandad de los niños, la indiferencia de los bienestantes y los ricachones ante las necesidades de los pobres, la delincuencia convertida en profesión. ¡Tantas otras!”. 

Monseñor Aguer consideró que se trata de “pecados personales y situaciones de pecado” y se preguntó “cómo podemos hacerles llegar a todos el anuncio del amor misericordioso de Dios, que cancela la culpa de quienes se arrepienten y abre el camino a una vida nueva”. 

“Siempre podemos hacer algo por alguien, ayuda material y cercanía consoladora, y por todos ofrecer al Señor una oración abarcadora y fervorosa”, subrayó.