El proyecto Compromiso de las Iglesias por la paz y la justicia en México está tomando carta de ciudadanía y ahora ha lanzado el quinto "Diálogo Ecuménico" para encontrar un camino compartido y poder influir desde la fe en la mejora de las condiciones de vida en la sociedad mexicana.

El compromiso de las Iglesias es la no discriminación, la no violencia, el acompañamiento a las víctimas, la articulación de actores eclesiales y compromisos sociales que construyan la paz desde la fe.

Según ha informado El Observador Online, las Iglesias se han sumado al llamado de organismos no gubernamentales, organizaciones de la sociedad civil, las universidades y los colectivos de defensa de los derechos humanos en el sentido de que la situación por la que atraviesa México, amerita la participación de todos.

Durante el quinto "Diálogo ecuménico", organizado por el colectivo Iglesias por la Paz, se pretende dar continuidad a los esfuerzos por involucrar a los creyentes de diversas denominaciones cristianas en la tarea ineludible de la paz en México, un país atribulado, en el que el número de desaparecidos suma los 40 mil y la lucha contra el narcotráfico y el crimen ha dejado cerca de 100 mil muertos, la mayor parte de ellos jóvenes menores de 29 años.

Confesar la paz

Aunque México es un país mayoritariamente católico (82 de cada 100 mexicanos mayores de edad confiesan pertenecer al catolicismo), "Iglesias por la Paz" justifica su existencia en la misión de ser "un colectivo ecuménico e interreligioso integrado por diferentes individuos de fe y organizaciones religiosas de diferentes confesiones y tradiciones espirituales que tienen el deseo de ayudar y contribuir a la construcción de paz en México y el mundo, y que por sus convicciones espirituales se oponen a la violencia, la discriminación y la injusticia".

Este colectivo lleva a cabo actividades y acciones diversas con el fin de sensibilizar a la sociedad y al gobierno sobre la importancia del proceso de la construcción de paz, siempre con una dimensión ética y espiritual, nunca desde una perspectiva política o meramente policiaca, judicial o autoritaria. Justamente, su fuerte se basa en el diálogo para construir consenso y acciones transformadoras.

Surge desde el acompañamiento a víctimas del "Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad" en el año 2011. Desde entonces y a la fecha ha querido asumir un compromiso público por la justicia y la dignidad del país, hacer una firme denuncia a las causas estructurales de la inseguridad y violencias y hacer un llamado a vencer el temor y salir a las calles y espacios públicos con acciones de resistencia pacífica desde las espiritualidades.