La Iglesia acompaña el "fenómeno religioso" detrás de la mujer sanadora de Rosario

La Iglesia acompaña el

Miles de personas llegan a la ciudad santafesina para participar de sus encuentros de sanación. Primero fue en la catedral y ahora en un predio municipal. El Arzobispado sigue de cerca esta "actividad eclesial" a fin de discernir su profundidad y solidez.

A raíz de diversas consultas de fieles acerca de los hechos relacionados con la actividad eclesial de la señora Leda Bergonzi, el Arzobispado de Rosario afirmó que "ese fenómeno religioso", el cual se ha expandido en estos meses, "se da dentro de la Iglesia Católica".

"Dentro de la Iglesia hay diversas expresiones, grupos, etcétera. Uno de esos grupos, de carácter carismático, es la comunidad 'Soplo de Dios viviente'. Está configurada como un grupo de oración y evangelización. Esta comunidad viene desarrollando sus actividades desde hace unos ocho años; siempre acompañada por un sacerdote del clero diocesano de Rosario", puntualizó.

Tras señalar que, dentro de la comunidad "Soplo de Dios viviente", se comenzó a experimentar alguno de los dones y carismas que se dieron en las primeras comunidades cristianas, en particular en la persona de Leda Bergonzi, el comunicado subrayó que "la Iglesia en Rosario, viendo los frutos buenos que produce en mucha gente, acompaña este fenómeno para ir discerniendo su profundidad y solidez".

Debido a la creciente convocatoria, los encuentros de fe que habían empezado en la catedral rosarina y luego siguieron en la parroquia Inmaculada Concepción, que se vio desbordada de gente durante dos semanas.

Ante esta masiva respuesta de los fieles, la Municipalidad de Rosario ofreció las instalaciones de la ex Rural de Rosario para que Leda pueda realizar sus oraciones cantadas. Ese predio permite la llegada de las miles de personas que llegan, incluso de países limítrofes.

En el comunicado del Arzobispado de Rosario, se señala que “en las primeras comunidades cristianas, como es el caso de la comunidad de Corintio, el Espíritu Santo derramaba dones y carismas para la edificación de la Iglesia, para el servicio del bien común de la obra evangelizadora”.

Agrega que “para ello basta consultar la Primera carta a los Corintios capítulos 12 al 14. En esos párrafos de la Sagrada Escritura, entre otras cosas, dice: ´A cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para provecho común. Porque a uno se le da por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe, en el mismo Espíritu; a otro, carismas de curaciones, en el único Espíritu; a otro, poder de milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversidad de lenguas; a otro, don de interpretarlas. Pero todas estas cosas las obra un mismo y único Espíritu, distribuyéndolas a cada uno en particular según su voluntad.´ ”

Señala que “los criterios del discernimiento se basan en el Evangelio de San Mateo capítulo 7, versículo 20: “Por sus frutos, entonces, ustedes los reconocerán”; en el libro de los Hechos de los Apóstoles capítulo 5, versículos 38-39: “No se metan con esos hombres y déjenlos en paz, porque si lo que ellos intentan hacer viene de los hombres, se destruirá por sí mismo, pero si verdaderamente viene de Dios, ustedes no podrán destruirlos y correrán el riesgo de embarcarse en una lucha contra Dios”; y en el Evangelio de San Lucas capítulo 10, versículo 16: “El que los escucha a ustedes, me escucha a mí; el que los rechaza a ustedes, me rechaza a mí”; se refiere a la obediencia a la autoridad de los Apóstoles y a sus sucesores los Obispos”.

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