Ayer se realizó la primera fiesta en la provincia para conmemorar el aniversario de su fallecimiento.
Todo empezó de manera formal, pero en pocos minutos se convirtió en una fiesta de fe. Los brocherianos comenzaron rezando un Ave María y terminaron cantando cumbia, dándose abrazos y compartiendo anécdotas sobre el peregrinar del Cura Brochero. Fue ayer durante la primera fiesta que se realizó en la provincia para conmemorar el aniversario del fallecimiento del beato. Hubo caravana, procesión y hasta un fogón criollo en su honor. Unas 300 personas, algunas de Mendoza, Córdoba, Tucumán, Santiago del Estero y Santa Cruz, participaron de este evento que arrancó en Capital y terminó en Ullum.
De bombacha de gaucho, alpargatas y con la guitarra a cuestas, Jorge Rearte, el sacerdote cordobés motivador de las peregrinaciones por todo el país en honor a Brochero, se paró al lado de la imagen del beato que colocaron dentro de la Basílica de Desamparados. Pidió a los presentes rezar un par de oraciones para luego hablar sobre la vida de Brochero. Resaltó sus virtudes de trabajo, sacrificio, humildad y solidaridad. Y de tanto en tanto contó alguna anécdota. Dijo que un día el curita gaucho iba peregrinando por medio del campo y a pesar del calor y el sol no llevaba sombrero. Un campesino le preguntó por qué no llevaba uno y Brochero le contestó que se lo había regalo a un peón que encontró en el camino y que tampoco tenía sombrero. Esta anécdota arrancó algunas lágrimas, pero también algunos aplausos. Esto dio pie para que el padre Rearte tomara su guitarra y cantara una cumbia en honor a Brochero que los fieles acompañaron con palmas. Luego se abrazaron para simbolizar la unión, entre los pueblos y el amor al hermano que predicó el beato.
Llegó la hora de la caravana, pero se retrasó su partida. Es que los cientos de fieles que estaban en la Basílica y los que se acercaron luego al atrio quisieron tocar y besar la imagen de Brochero y hasta tomarse una foto junto a ella.
Con fuertes bocinazos y pañuelos en alto arrancó la caravana desde la plaza de Desamparados y rumbo a Zonda. Eran 40 vehículos en total, entre ellos 5 combis y un colectivo repleto de gente.
Durante todo el recorrido la gente salió a saludar al beato. En los lugares donde había niños esperando su paso, la caravana detuvo la marcha para que le pudieran dar un beso.
Tras media hora de marcha, la caravana ingresó a Zonda y dio una vuelta por la villa cabecera. Allí la gente no sólo se acercó a tocar y besar a Brochero, sino que también le regaló flores para demostrarle su devoción.
Al ingreso de Ullum la gente también comenzó a agolparse a la orilla de la calle para verlo pasar y rezarle una oración. En tanto que en Villa El Lago, otros 100 brocherianos lo esperaban para comenzar una procesión cargándolo hasta la Parroquia Nuestra Señora de los Dolores en la villa cabecera de ese departamento. Durante el trayecto se repitieron los cánticos y los aplausos por el beato.
Lo mismo ocurrió cuando se celebró la misa en su honor frente a la Parroquia y donde los fieles rezaron por la pronta santificación del curita gaucho al que se le atribuyen milagros.
La fiesta terminó con un fogón criollo en la plaza con la actuación de artistas locales.
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