Hezbolá: los obispos de Alepo secuestrados no están en manos del EI

Hezbolá: los obispos de Alepo secuestrados no están en manos del EI

El líder Nasralá cuenta que en las negociaciones sobre la rendición de los milicianos en las montañas entre Líbano y Siria se habló también sobre la suerte de los dos religiosos, raptados en abril de 2013

Por GIORGIO BERNARDELLI

 

Los dos obispos de Alepo secuestrados hace más de cuatro años no están en manos de llamado Estado Islámico. Lo sostuvo ayer por la noche en un discurso televisivo el líder de Hezbolá, indicando que se habló sobre su destino durante las negociaciones que llevaron al cese al fuego en las montañas de Qalamoun, la región montañosa que se encuentra en la frontera entre Siria y Líbano. Precisamente las noticias sobre una serie de secuestros fue la contraparte que el movimiento chiíta libanés pidió a los emisarios del autodenominado Califato a cambio del permiso para que cientos de milicianos abandonaran la zona y llegaran, con sus familias y escoltados por el ejército sirio, a la ciudad de Deir ez Zor, uno de los últimos bastiones en manos de los hombres con banderas negras. 

 

La atención de Líbano se dirigió principalmente hacia la suerte de un grupo de propios soldados secuestrados en la zona de Arsal en agosto de 2014, cuando las fuerzas yihadistas asumieron el control de la zona. En diciembre de 2015 16 de ellos fueron liberados, en un intercambio de prisioneros entre el gobierno de Beirut y el frente al Nusra. Ahora el EI indicó a Hezbolá los lugares en los que otros ocho soldados del grupo fueron sepultados, por lo que se están llevando a cabo las investigaciones para verificar la identidad de los restos hallados. Nasralá reveló que durante la negociación también pidieron noticias sobre los dos obispos de Alepo (el sito-ortodoxo ;ar Gregorios Johanna Ibrahim y el greco-ortodoxo Boulos Yazigi, secuestrados el 22 de abril de 2013) y sobre el camarógrafo libanés Samir Kassab, secuestrado en octubre del mismo año. «En ambos casos —indicó el líder de Hezbolá— el Estado Islámico nos respondió que no sabía nada». 

 

Efectivamente, los dos religiosos fueron secuestrados mucho más al norte, en la zona que se encuentra entre Alepo y la frontera con Turquía, probablemente mientras se dirigían para negociar la liberación de otras personas secuestradas. Por lo tanto, es verosímil que se hayan ocupado de su secuestro las milicias cercanas al frente al-Nusra, con una presencia todavía fuerte en la zona de Idlib, Siria. El hecho de que Nasralá hubiera querido referirse explícitamente al caso de los obispos de Alepo tiene un significado político frente a los equilibrios internos en un país cono Líbano. El contexto fue el de un discurso en el que el líder de Hezbolá reivindicó una de sus victorias sobre el EI como una «segunda liberación» del país, obtenida precisamente por su movimiento y no por el ejército regular. 

 

Sin embargo, más allá de este aspecto, con la caída del EI en Siria vuelve a adquirir relieve el destino de los rehenes cuyas huellas se han perdido a lo largo de todos estos años. Para el caso de los dos obispos, la clave para saber su paradero podría encontrarse en Turquía. Durante los primeros meses tras su secuestro circularon incluso noticias de testigos que habrían visto a los obispos más allá de la frontera, en territorio turco. Falso o verdadero, lo cierto es que es improbable que las milicias apoyadas por Ankara en el norte de Siria no sepan nada sobre la suerte de los dos religiosos. 

 

En cambio, es diferente el caso del padre Paolo Dall’Oglio, el jesuita romano que desapareció en la ciudad de Raqqa el 29 de julio del mismo 2013. Desde el principio, su secuestro fue atribuido por fuentes locales a las milicias cercanas a al Baghdadi. Y ahora, cuando en Raqqa el EI parece tener los días contados (con el avance de las milicias kurdas, apoyadas por la aviación estadounidense), podría acercarse el momento para llegar a la verdad sobre el destino del padre Dall’Oglio. 

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