Primero se celebró la Santa Misa, la cual estuvo presidida por el padre Rubén, acompañado en el servicio del altar por el Diácono Carlos y un decena de monaguillos, mientras que los fieles devotos de la Virgen, colmaron el templo parroquial. 

Durante la homilía el Padre Rubén hizo mención o síntesis de la historia de la Virgen de Luján que desde 1630 se quiso quedar entre nosotros y puntualizó sobre la extraordinaria presencia del Negro Manuel y Padre Salvaire, uno llegó cuidando la Virgen y permaneció así hasta su muerte y el otro fue quien gestionó en tiempo difíciles y llevó adelante la construcción de lo que hoy es el Santuario de Luján. Ambos fueron declarados Siervos de Dios y su causa está en camino a la beatificación. 

En un tramo de su reflexión el cura párroco expresó que “Con María de Luján miramos la realidad de estos días y le pedimos que nos ayude a saber valorar y construir la amistad social”. 

Por las calles del barrio

Al finalizar la Santa Misa, la comunidad parroquial salió en procesión por la calles del barrio, con la Santa imagen de la Patrona, que fue llevada en andas por integrantes del Centro Tradicionalista El Resero. En su recorrido tuvieron una parada especial en el Centro Residencial San Gabriel, donde los abuelos llenos de emoción se unieron en oración a la Santa Madre.