La Fiesta Diocesana puso el acento en la misericordia

La Fiesta Diocesana puso el acento en la misericordia

Por primera vez, la principal reunión de la Iglesia mendocina dejó el teatro griego Frank Romero Day para celebrarse en el centro de la ciudad. Fervorosa presencia de los jóvenes

La fiesta mayor de los católicos mendocinos -la Diocesana 2015- tuvo como elementos dominantes el cambio de escenario, la participación de los jóvenes y una apelación a la piedad y el servicio a los pobres, como viene predicando el Papa Francisco.

También, y en primerísimo plano, estuvo el renovado compromiso de los fieles por Nuestra Señora del Rosario, patrona de Mendoza y de Cuyo.

Por primera vez la celebración  dejó el ambiente del teatro griego Frank Romero Day, donde venía realizándose con multitudinarias concentraciones, desde que fue creada en 1991 por el entonces arzobispo de Mendoza, Cándido Genaro Rubiolo. 

Esta vez el encuentro debutó en otra sede, la basílica Nuestra Señora del Rosario, anexa al Convento Santo Domingo, en la esquina de Salta y Beltrán,  donde se encuentra depositada la imagen original de la Virgen del Rosario, cuya custodia de honor fue ejercida, entre otros, por miembros del Movimiento Scouts de Argentina. 

Si bien aquellas del anfiteatro fueron reuniones de grandes concentraciones de asistentes, no es menos cierto que el fervor y la religiosidad estuvieron muy presentes en el interior de la iglesia, el atrio y la bocacalle de la tradicional esquina de la Cuarta Sección, donde se ubicaron muchos de los asistentes a la misa, al cubrirse rápidamente la capacidad del interior del templo.

En el atrio se instaló el altar con la presencia del pastor de la grey mendocina, Carlos María Franzini, el obispo auxiliar Dante Gustavo Braida y los sacerdotes de la curia mendocina.

El lema de la fiesta de este año fue “María nos regala la misericordia de Dios y la alegría del Evangelio”.

Y de la piedad trató parte de la homilía que pronunció el obispo Franzini. “Dando continuidad a nuestro a nuestro camino pastoral, el Papa Francisco ha tenido la providencia iniciativa de invitarnos a celebrar el Año Santo de la Misericordia, a partir del próximo Adviento. Nada más oportuno para recorrer el camino de la reparación que la invitación del Santo Padre a ser ‘misericordiosos como el Padre”.

Anunció asimismo que en los próximos meses se concretarán las distintas propuestas encaminadas “vivir con toda intensidad, junto a toda la Iglesia, este tiempo de gracia y renovación que será -Dios mediante- el Año Santo”.

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