Más de 500 fieles en la Parroquia La Merced, en la última misa del padre Arguinchona

Más de 500 fieles en la Parroquia La Merced, en la última misa del padre Arguinchona

El masivo de público que se dio cita este domingo a las 19.30 en la parroquia La Merced obligó a la instalación de parlantes y una pantalla en la vereda. La despedida fue tras 25 años de servicio en la ciudad.

Júbilo, emoción, tristeza y nostalgia pueden ser los sinónimos que sirvan para describir lo que expresaban anoche, en sus rostros y con sus palabras, los más de 500 fieles que se acercaron a la Parroquia La Merced para compartir junto al padre Axel Arguinchona la que fue su última misa en la ciudad. Es que tal como se anunció hace unos días ya está confirmado su traslado hacia Esperanza, específicamente en la basílica de la Natividad de la Virgen, a donde asumirá el próximo 1º de marzo por la mañana.

Ya desde las primeras horas de la tarde el movimiento en avenida Freyre 1826 comenzó a ser intenso. No solo de parte de los feligreses que se acercaban para ganar un buen lugar para escuchar la misa sino también de parte de los organizadores de la misma que, a sabiendas de la convocatoria sería multitudinaria, instalaron una pantalla y sonido en la puerta para que nadie se quedara sin escuchar al párroco, baños químicos en la vereda y hasta contrataron, a modo de prevención, una ambulancia preparada para atención cardiovascular.

Así, minutos antes de las 19.30, hora en que estaba anunciado el inicio del encuentro, cuando un grupo avizoró la llegada de Arguinchona por la esquina de Moreno y avenida Freyre, no faltaron los que se acercaron a saludarlo y aprovecharon que el prebístero se detuvo a dialogar con Diario UNO para darle besos y abrazos, y por supuesto decirle palabras de cariño.

En consecuencia, y tras recibir tantas demostraciones de afecto de la comunidad, el padre Axel afirmó: “Son 25 años y medio en Santa Fe en los cuales el amor de la gente siempre ha estado presente, en cualquier circunstancia y lugar. Por eso, lo que estoy viviendo en estos momentos es nuevamente esa expresión tan grande y tan hermosa que me demuestra claramente que recibo mucho más de lo que doy; así que estoy en deuda con esta comunidad, pero la llevo muy dentro de mi corazón para desde otro lugar seguir con la oración y trabajar en lo que Dios me está pidiendo”.

Por otro lado, el prebístero hizo alusión a su futura llegada a Esperanza y en ese sentido dijo: “Estoy conmovido de los mensajes que ya me llegaron desde allí y en tanto quiero decirles simplemente que voy a caminar con ellos, acompañarlos y que me enseñen a caminar en este camino sacerdotal tan hermoso que Dios me ha dado”.

Asimismo, Arguinchona comentó que “intentará dar lo mejor” de él y aseguró: “Mi intensión es poder desde la fe construir el reino de Dios y también vincularme con los no creyentes a los fines de construir una sociedad que cada día esté más hermanada en el amor”.

—¿Qué puede decir respecto de lo que significó su paso por La Merced, que hoy (por ayer) se tradujo en esta masiva convocatoria?

—Creo que lo único que yo hice acá es seguir lo que el padre Gasparotto, un gigante en la fe, construyó durante 50 años. Es decir que solo me aferré con compañía a una comunidad que él ya había generado, lo mío fue estar y continuar. Obvio que con una característica peculiar que es la que tiene cualquier sacerdote.

—¿Y respecto de quien lo sucederá (el padre Luis Horacio Suárez)?

—Es un sacerdote joven que tiene una vasta experiencia sacerdotal (estuvo ocho años en la comunidad de San Jorge), y que tiene muchas ganas. Por eso cuando le hablé (a Luis Horacio Suárez), le dije que viene a una comunidad que es un paraíso y que tiene grupos bien consolidados que seguramente lo harán crecer, tanto como él a ellos.

Para finalizar y al ser consultado respecto de lo que siente al trasladarse a una ciudad que está muy conmocionada (cabe destacar que existe una denuncia sobre quien presidía la Basílica de la Natividad de la Virgen, el sacerdote Luis Brizzio, por presunto abuso sexual), Axel Arguinchona detalló: “Creo que la comunidad de Esperanza está con los brazos abiertos y que es una comunidad que quiere andar y caminar para construir todos los días una iglesia y una sociedad nueva, por eso creo que realmente es un desafío para mí pero que estoy convencido de que con la gracia de Dios y la comunidad vamos a poder hacerlo”.

Sobre la misa

Cabe destacar que la multitudinaria misa para despedir al padre Axel contó con la participación de todos los coros de la comunidad de La Merced, el apoyo de dos diáconos y ocho monaguillos; representantes de la comunidad judía y de la iglesia evangélica Brazos Abiertos con quienes Arguinchona tuvo siempre muy buena relación

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