En el marco de la celebración en México del 10º aniversario del Instituto Latino y Latinoamericano del Comité Judío Americano (AJC, por sus siglas en inglés), Carolina Aisen, directora de la Federación de Comunidades Judías de España, dialogó con la Agencia Judía de Noticias (AJN) sobre la comunidad judía española y la situación del antisemitismo europeo.
¿Qué significa su presencia y representar a parte de la comunidad española en estos 10 años del Instituto Latino y Latinoamericano?
Para algunos puede parecer raro que un país europeo esté presente en el Instituto Latino y Latinoamericano. Pero la verdad es que son muchas las razones. Principalmente, la comunidad española es muy parecida a las comunidades latinoamericanas en estructura, en formas de trabajo. Por otro lado está la lengua. Y España es por la lengua y por la cultura un puente hacia Latinoamérica desde Europa. Trabajar con el Instituto ha sido muy importante en desarrollar todo ese puente, con todas las conexiones que esto puede traer.
¿Qué tarea realizó desde el AJC en lo cotidiano?
La tarea pequeña, cotidiana la simplificaría con construyendo puentes. Con el tema de los medios de comunicación, los grandes medios españoles que están presentes en Latinoamérica, o viceversa. En contenidos, en tratar de torcer el rumbo o mostrar otra cara de ciertos asuntos, no solamente de Israel, sino acerca del antisemitismo o de la vida judía en los distintos países de la diáspora. Realmente lo que vimos es que muchas veces lo que se genera como noticia o información en España llega a Latinoamérica muy rápido y viceversa. Entonces, trabajar en ese puente constante ha sido muy productivo.
¿Qué pasa en España cuando hablamos de comunidad judía?
La comunidad judía española es pequeña, aproximadamente calculamos que habrá unos 40 o 45 mil judíos en toda España, no todos afiliados a las comunidades, y contamos con aproximadamente 15 instituciones judías organizadas en diferentes ciudades. Las principales comunidades están en Madrid y en Barcelona. Están todas conectadas entre sí, somos poquitos. Yo represento a la Federación de Comunidades Judías de España, que es la institución que nuclea a la mayoría de las comunidades judías y las representa ante el Estado. Nuestra labor principal es la relación con el Estado y con cualquier tipo de organización. La preside en este momento Isaac Querub. Es un dirigente que ha sido presidente de la comunidad judía de Madrid durante mucho tiempo, preside otras instituciones judías y desde el año 2012 preside la Federación.
¿Tiene actividad el ejecutivo o está mayormente en manos de los profesionales?
Nuestra estructura es muy pequeña. El presidente en la Federación tiene un trabajo muy ejecutivo, porque la estructura profesional realmente es pequeña, reflejando un poco la comunidad que somos. Tenemos una comisión que también se ocupa de las distintas problemáticas que tenemos.
¿Cómo es la relación de la comunidad judía con el Gobierno español?
Muy buena. Entendiendo las dificultades de unos y de otros, venimos trabajando desde hace bastante tiempo con el Gobierno en la mejora de lo que son los derechos de libertad religiosa, por ejemplo, que están recogidos en la Constitución, pero todo eso hay que ir desarrollándolo poco a poco. La verdad es que tenemos muy buena relación. Sentimos que hay un oído del otro lado. Evidentemente no todo se puede solucionar tan rápidamente, pero realmente tenemos un muy buen trabajo y muy buen diálogo.
¿Cómo repercute el tema del antisemitismo en Europa y en España?
En el antisemitismo en España evidentemente hay cosas muy parecidas que en todos los países. Yo creo que la parte muy específica de España tiene que ver con la historia, que pesa mucho. Los 500 años pesan y tienen un peso increíble. No solamente la inquisición, sino también la dictadura franquista que llevó aparejado la no libertad religiosa. No solamente para los judíos, para nadie más. Entonces, eso ha dejado una huella muy profunda en la sociedad española. De desconocimiento del otro, ya no sólo de los judíos sino de cualquier confesión, y evidentemente de unos prejuicios traídos de la Edad Media. Que eso tiene un peso y es muy complicado, por lo que vemos en nuestro trabajo, avanzar en eso, romper con eso. Esa es una cuestión muy importante en relación al antisemitismo español. Luego, desde el 67, la izquierda española empieza a apoyar a los palestinos y eso ha llevado a que hoy en día la izquierda española que está muy asentada en la idea de que al ser pro palestinos son antiisraelíes y por lo tanto, no siempre antisemitas, pero en muchos casos por la poca información que tienen generar antisemitismo también. Esa es la particularidad. Ahora bien, la comunidad judía es pequeña, es poco visible, es una comunidad sobre todo con costumbres marroquíes, porque en general las familias que han creado las comunidades venían del norte de Marruecos, donde por la idiosincrasia que tenían son comunidades muy hacia dentro. Recién en estos últimos años las comunidades se están abriendo más, estás siendo más visibles frente a la sociedad, pero igual somos pocos. Es decir, que muchas veces creemos que un español durante todo el transcurso de toda su vida no se ha cruzado con un judío. Eso también genera desconocimiento y prejuicio. Sin embargo, no es una sociedad violenta, por lo general. No tenemos, por suerte, ataques o agresiones como hay en otros países europeos. Contados en el tiempo, cuatro. Una esvástica puede ser, en algún momento, pero mínimo. Pintadas pueden haber, pero no siempre en instituciones.
¿Dónde se trabaja para modificar la situación pro palestina?
Se han logrado cosas. Yo tengo que ver por mi trabajo la botella llena y no vacía. Cuando yo llegué a España en 1994, las comunidades eran muy cerradas. Fuimos haciendo muchos profesionales una labor de apertura y eso hace que la apertura les trae miedo, pero también mostrarse tal cual son y perder ese miedo. Es un proceso. Jánuca en la calle se hace desde hace 5 o 6 años en muchas ciudades y público, sin dificultad hasta ahora.
¿La embajada de Israel participa en estas actividades?
Es una embajada muy activa y me gusta que es muy coordinada con la propia comunidad. Eso es muy importante. Hay mucha coordinación con la Federación y con el resto de las comunidades. Esto hace que haya actividades que sí están presentes, otras que no, hay actividades donde ellos toman la delantera y nosotros vamos detrás apoyando y hay otras que son al revés.
¿Y el antisemitismo europeo?
El antisemitismo europeo ha generado dos cosas: mayor miedo en los miembros de las comunidades y obviamente hay un riesgo mucho más elevado, porque Francia está al lado. La parte buena es que las autoridades y la gestión de seguridad han entendido que este miedo tiene que ver con una amenaza real y nos ayudan. Han incrementado la seguridad, han entendido por qué es nuestra solicitud, eso es algo muy bueno. Por supuesto, las comunidades y la Federación están implementado la seguridad a nivel privado. Ha generado mucho miedo en los miembros. Intentamos que las comunidades lo trabajen con su gente, con su kehilá, para que las familias hagan una vida normal.
¿Cómo es la situación de los argentinos y latinoamericanos?
Yo soy Argentina y llegué a España en 1994 para trabajar en comunidades pequeñas. Sobre todo, los argentinos empezaron a llegar con la dictadura. Y algunos que querían, fueron creando instituciones judías pequeñas, porque fue un choque de civilizaciones: cultura marroquí, sefardí, muy tradicionalista, con argentinos laicos, agnósticos, y durante muchos años fue muy difícil la convivencia en muchos espacios. Entonces se fueron creando nuevos. Pero ya estamos hablando de muchos años después, la realidad o la convivencia hizo que hoy en día puedan convivir. En el colegio están todos los chicos juntos, las comunidades tienen el paraguas para todos y luego cada uno reza o no reza como le guste en su sinagoga. Los grupos grandes son argentinos y venezolanos. Ellos son muy activos en la comunidad, y yo creo particularmente que fueron dos grupos que han generado movimiento en las comunidades para bien. Es decir, han potenciado la actividad, han mostrado otra forma de vivir comunitariamente, que al principio al español le sonaba raro. Sin embargo, con el tiempo, ha generado otras formas de vivir comunitariamente y mucho movimiento.
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