Director para América Latina del KKL: “Somos un puente con las comunidades, tenemos una relación de mutua acción positiva”

Director para América Latina del KKL: “Somos un puente con las comunidades, tenemos una relación de mutua acción positiva”

 En una entrevista con la Agencia Judía de Noticias (AJN), Ariel Goldgewicht destacó la excelente relación de cooperación que tiene el KKL con las comunidades de Latinoamérica: “Si podemos apoyar en algo, estamos felices de hacerlo, sin esperar nada a cambio, con el fin de apoyar la acción sionista judía en la diáspora”.

El director del Departamento para América Latina del KKL, Ariel Goldgewicht, explicó a la Agencia Judía de Noticias (AJN) de qué se trata esa “relación de mutua acción positiva” que existe entre las comunidades y la organización: “Cuando lanzamos la campaña de emergencia por la guerra con Gaza, nos emocionó ver que en los países de América Latina las comunidades no pensaron dos veces a la hora de colaborar. Entonces, ¿cómo nosotros vamos a pensar dos veces a la hora de apoyar a las comunidades en cosas tan simples como conseguirles mapas de Israel a las escuelas sionistas?”

 Además, Goldgewicht subrayó la importancia de “recordar que seguimos siendo una sola sociedad y un solo país. A pesar de que estamos dispersos por todo el mundo tenemos un mismo objetivo: la paz, la alegría y la salud”.

-El Keren Kayemet está teniendo una importante presencia en Latinoamérica, ¿Cómo está viendo desde Israel a la región?

-El Keren Kayemet tiene como motivo principal el bienestar del Estado de Israel y el pueblo judío es una parte integrante de Israel, ya sea física o ideológicamente. Consideramos que para que Israel esté fuerte en la diáspora, la diáspora tiene que ser fuerte. A medida que podamos apoyar el fortalecimiento de las comunidades judías a lo largo y ancho de América Latina, estaremos siempre ahí. Puede ser en función de diferentes eventos, de avanzar el sionismo dentro de las comunidades mediante el apoyo educativo a movimientos juveniles y escuelas, puede ser llevar a cabo un evento por el bienestar del pueblo judío. El KKL es  un puente con las comunidades. Es una relación de mutua acción positiva.

 -Hay dos elementos importantes: por un lado, Israel hace hincapié en la educación judía y, por otro lado, los referentes del KKL en Latinoamérica agradecen el apoyo que están teniendo del KKL en general. ¿Cómo se vinculan esas dos cosas?

-Podríamos hablar mucho de la filosofía, pero para ser prácticos hay varios elementos. Estuve visitando  una escuela judía en Latinoamérica que se autodenomina sionista y, sin embargo, no vi ni una bandera ni un mapa de Israel. Cuando tuve la oportunidad de hablar con la directora, le pregunté por qué y me respondió que no los tienen. Solucioné eso en 48 horas. Les conseguí  30 mapas de Israel enormes y en castellano. Hoy, gracias a eso, hay un mapa en cada aula. El KKL está para hacer cosas grandes y chicas. Si podemos apoyar en algo, estamos felices de hacerlo, sin esperar nada a cambio. Es para apoyar la acción sionista judía en la diáspora. Por supuesto que tenemos eventos muy grandes, como organizar un Jidón (concurso, certamen) de sionismo, o un viaje para morim (maestros) como lo hacemos en algunos países de Latinoamérica, para que en Israel se perfeccionen con materiales actuales en educación judía sionista. Participa una mislajat (delegación) importante de Argentina y van a venir de México, Brasil y de otros países. Entre profesores de diferentes escuelas y países se creará una relación importante que consideramos un valor agregado: algo que dirían que no es lógico que el KKL haga, pero lo hacemos pues estamos ahí.

 -A casi un año del conflicto con Gaza, ¿qué cambios hubo después de esa guerra en el KKL y en las comunidades de Latinoamérica?

-Siempre los conflictos, en los puntos más negativos, terminan mostrando los más positivos.  En el momento más oscuro es cuando comienza a amanecer. La guerra  que sufrimos en Israel fue en una época muy compleja, quizás diferente a otros conflictos bélicos que sufrió Israel en los últimos 20 años. Esta guerra se sufrió a lo largo del mundo, en especial en América Latina. Yo a nivel personal estuve 35 días en la guerra como oficial en una unidad de fuerzas especiales, yo no vi a mi familia durante todo ese tiempo. Después de la guerra me tocó viajar a una gira por algunos países latinoamericanos. En cada país, acostumbro encontrar un tiempo libre para encontrarme con mis amigos del pasado, que en todos los casos me comentaron lo difícil que fue haber estado en Latinoamérica durante la guerra. Naturalmente son dificultades completamente diferentes. Las comunidades de América Latina lucharon con valentía en una guerra de opinión pública, en el campo de batalla cibernética; no esperaban la guerra, no estaban preparados y quizás no tenían las herramientas para enfrentarse con manifestaciones pro-palestinas, pero en general, se vivió un conflicto muy fuerte. En Israel a veces nos olvidamos de que el pueblo judío en el mundo vive mano a mano con nosotros. Como vemos esos efectos, queremos apoyar a las comunidades en el aspecto sionista, por lo que estamos en un proyecto de Hasbará (esclarecimiento) para realizar en conjunto con las comunidades de América Latina. La Lic. Pilar Rahola nos acompañó a una gira con estos propósitos. Vimos que durante la guerra hubo también un despertar sumamente significativo en el apoyo que recibimos. El KKL llevó adelante una campaña para poner refugios en las zonas más peligrosas, en los alrededores de Gaza, y era muy importante sacar a los chicos de los refugios y llevarlos al norte para que tuvieran un día de respiro. Cuando lanzamos la campaña, el Departamento de América Latina consiguió un gran apoyo. Nos emocionó ver que en los países de América Latina las comunidades no pensaban dos veces a la hora de colaborar. Entonces, ¿cómo nosotros vamos a pensar dos veces a la hora de apoyar a las comunidades en algo tan simple como lo es conseguirles un mapa?

 -¿Cuál es la relación del Keren Kayemet con los gobiernos de Latinoamérica?

-En Panamá estamos con tres proyectos: forestación, que es semejante a la lucha contra la erosión; la utilización más inteligente de los recursos hídricos que tienen en esa zona; y el tercero es para mejorar la agricultura local. Un ejemplo, de otro caso, es que tuve una positiva reunión con el gobernador de una provincia chilena, que está en Israel tratando de investigar diferentes oportunidades que existen. Me dijo que después de cuatro días, la reunión con el KKL terminó siendo la más positiva porque todos hablaban de filosofía, pero fuimos los únicos que dijimos concretamente en qué podemos ayudar. Siempre les llama mucho la atención que no pidamos nada a cambio. Ofrecemos el conocimiento que tenemos y ellos están esperando que les digamos que le vamos a cobrar. Cuando les decimos que lo único que queremos es que sean igual de generosos con los conocimientos y los compartan en sus países, para que ojalá esto ayude a mejorar el mundo, y de paso el nombre del Estado de Israel, quizás podamos progresar un poco con nuestro objetivo de “Tikun Olam” (mejorar el mundo), pero la verdad es que nos miran como si hubiéramos caído de la Luna.

 -¿Cuál es tu mensaje desde Israel al mundo judío latinoamericano y a los líderes del Keren Kayemet en la región?

-Después de los últimos dos meses que hemos pasado en Israel, con una muy fuerte lucha política que terminó dividiendo profundamente a la sociedad, con Iom Hashoá, que después de Iom Hazikaron y Iom Haatzmaut ha sido muy emocionante en Israel, y a pesar de que recién la semana pasada se formó el nuevo Gobierno, esperamos que lo que se inició en Iom Haatzmaut sirva para la unificación, para tratar de reparar las diferencias sociales y se pueda seguir adelante. Es decir, si antes de las elecciones cada sector social - pues la sociedad está dividida por diferentes corrientes religiosas, pasados, etnias, perspectivas económicas o diferentes ideas políticas - se ubicó en su puesto y luchó contra todos los demás, ahora que terminaron las elecciones hay que recordar que seguimos siendo una sóla sociedad y un sólo país. A pesar de que estamos dispersos por todo el mundo tenemos un mismo objetivo: la paz, la alegría y la salud. Espero que pronto podamos reparar las heridas que nos han dejado las elecciones y  marchar para adelante. Ver la ceremonia del prendido de las antorchas en Iom Haatzmaut fue muy gratificante. Esa ceremonia me hace pensar cómo es posible que este país tan chico sea tan increíble, tan exitoso. Ojalá podamos ser una sociedad un poco más unida, y creo que el KKL pone mucho esfuerzo para eso, ya que estamos involucrados en instituciones de todo el marco político y económico, apoyando a los centros de investigación de desarrollo científico. En todos lados estamos para tratar de unir, progresar y sobre todo mejorar.

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