A días de la intervención en la Santa Cruz se ignoran los cargos contra Rosas

A tres días de la llegada de los Comisarios Apostólicos Teodorico Stocker, Obispo Emérito de la Diócesis de Quilmes y del fraile Carlos Azpiroz, maestro General de la Orden de Predicadores (dominicos); los miembros de la comunidad de los Hermanos San Juan Bautista de la parroquia Santa Cruz desconocen cuáles son las acusaciones que afronta el Padre Agustín Rosas, que derivaron en la intervención del Vaticano.

Aseguran que las denuncias fueron elevadas desde el Arzobispado de Salta hacia Roma y que nunca fueron indagados sobre los hechos, ni tuvieron lugar a hacer algún tipo de descargo sobre las acusaciones. Aunque se siguieron todas las instancias administrativas eclesiásticas para resolver conflictos que inician en el Arzobispado local, Conferencia Episcopal y Vaticano, en todo ese proceso no fueron informados sobre el tipo de imputaciones que se hacen contra el Padre Rosas. Se presume, que Monseñor Mario Cargnello es el único que verdaderamente sabe qué tratan de dilucidar los comisarios del Vaticano. 

"Los interventores llegan porque hay una serie de denuncias hechas por miembros internos y gente de afuera. La denuncia llega directamente a Roma pero a nosotros nadie vino a preguntarnos qué pasa. El Padre Rosas se entera de la intervención y que quedaba sin función de servidor, el 21 de septiembre. Desde entonces no puede hablar con nosotros",  dijo a Nuevo Diario el Padre Juan Ortín, Vicario Parroquial y director de la casa de calle Santa Fe al 1200. 

El lunes llegaron a Salta los interventores del Vaticano pero se presentaron el martes ante los miembros del Instituto Religioso Clerical Hermanos Discípulos de Jesús de San Juan Bautista. Fuentes internas aseguraron que la intervención es indefinida porque los Comisarios Apostólicos deben visitar todas las casas que tiene la orden en Salta, Santiago del Estero, Buenos Aires, la Patagonia, México, Chile y España, cuyo director general es el Padre Agustín Rosas. 

"La gente se manifestó. Ellos tuvieron deseos de hacer algo por el Padre porque él comentó en la última misa que tenía esta situación y la gente misma levantó su voz para decir que esta comunidad también tiene sus cosas buenas. Es fácil decir lo malo porque pronto se olvidan de lo bueno. La  gente está herida, tiene dolor de por qué le pasa esto al padre", indicó el Padre Ortín.  

Si bien el Padre Rosas puede oficiar misas y confesar a los feligreses, fuentes de la comunidad indicaron que optó por permanecer en silencio  antes de responder. “Cualquiera al que le tiran piedras responde, pero el Padre optó por el silencio y no defenderse”, dijeron. 

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