“Celebramos estos 10 años que vieron madurar la tarea, que generaron comunicaciones entre el AJC y las comunidades judías de Latinoamérica y que significó el establecimiento de una agenda en común de trabajo, desarrollo y pensamiento para el futuro. El nacimiento del Instituto Latino y Latinoamericano hace 10 años significó un paso más en la consolidación de la propuesta de trabajo que tiene el AJC con las comunidades judías latinoamericanas.

Es un hito que recordamos muy bien porque una de las primeras actividades que hizo el Instituto fue en la sede de la AMIA, en 2005, un seminario que se realizó en Pasteur 633”, manifestó Pomerantz. 

Además, en el caso de Argentina en particular, resaltó: “tenemos una agenda de temas por los que estamos en permanente comunicación, intercambio y consulta con el Instituto Latino y Latinoamericano. El atentado que sufrió la AMIA en 1994 y sus consecuencias son un tema central que nos mantiene permanentemente en contacto, pero también hay algunas cuestiones vinculadas al desarrollo de la comunidad y con cuestiones que el AJC, a través del Instituto, puede apoyar y fortalecer a través de su consejo, la escucha y del intercambio”.

“Hay que señalar los encuentros de comunidades judías latinoamericanas que se realizan una vez por año, son un espacio que va ganando en volumen, importancia. En estos 10 años ha habido 10 reuniones de comunidades latinoamericanas específicamente convocadas por el Instituto y toda vez que se hace el Foro Global, el evento central que realiza el AJC, también hay un espacio para las conversaciones con Latinoamérica y que son lideradas por el Instituto. De modo tal que hasta en forma presencial, dos veces por año tenemos la oportunidad de producir un intercambio con el Instituto y, a través de él, con otras comunidades hermanas de Latinoamérica”, agregó. 

Por otro lado, en referencia a la formación de líderes jóvenes, subrayó que “Access es una instancia muy relevante que tiene el AJC. A través del Instituto, lo que se viene produciendo es la convocatoria de jóvenes que pasan por un proceso de capacitación y de construcción de agenda en común. Año tras año vemos alimentado ese espacio por personas de la Argentina también, y  otros lugares de Latinoamérica que tienen la oportunidad de encontrarse y debatir una agenda en común”. 

En estos 10 años, el AJC ha llevado adelante “Project Interchange”, un programa que envía a los líderes de opinión y los responsables políticos de distintos países a Israel, para que experimenten la sociedad israelí, se conecten con sus homólogos israelíes y aprendan sobre las contribuciones de Israel en sus campos. 

“Tenemos un trabajo colaborativo con otro programa del AJC que es Project Interchange, que se propone la presencia de líderes de diferentes instancias y segmentos de la sociedad en Israel. En forma exitosa varias personas de la Argentina han podido conocer Israel y esto ha sido gracias al Instituto también”, puntualizó al respecto. Finalmente, aseguró que “las relaciones bilaterales son un elemento central en la agenda” del AJC. “Israel en particular y la construcción de agenda en común entre las comunidades latinoamericanas son un tema central en la tarea que organiza el Instituto.” 

Por último, consultado sobre si esperaban este desarrollo cuando se fundó el Instituto Belfer, el director ejecutivo de AMIA contestó: “Si tuviéramos la oportunidad de pararnos en aquel 2005 y pensarnos para futuro, nunca hubiésemos imaginado los niveles de desarrollo, de densidad de agenda, de crecimiento que ha tenido el Instituto en todos estos años y la importancia que viene teniendo también en la agenda del AJC. Además del aporte que ha realizado para la construcción de una agenda más inteligente para la región. El desarrollo y recorrido que se ha tenido superó con creces nuestras expectativas y levantar la vara nos obliga a pensar en mayores desafíos para el futuro”.