El número de solicitudes de nulidad matrimonial que llegan al Vaticano ha aumentado considerablemente. El juez de la Rota Francesco Viscome ha asegurado en un evento en la localidad de San Remo que, en los últimos dos años, la cifra ha aumentado de 700 a 1.200 por año.

El matrimonio, tal y como enseñó Jesucristo y enseña la Iglesia Católica, es indisoluble. Sin embargo, cabe la posiblidad de declarar que un casamiento sea nulo. Es decir, que no hubo en realidad sacramento al celebrarse la ceremonia.

Para decidir esto, existen tribunales especiales. La última instancia es la “Rota”, en el Vaticano. En 2015, el Papa eliminó la regla previamente requerida de revisar un fallo de nulidad matrimonial a través de una segunda instancia. Según Viscome, el nuevo procedimiento tiene como objetivo agilizar y superar los retrasos.

En algunos países, la nueva regulación fue interpretada como si el procedimiento ahora fuera solo una formalidad y la introducción de un “divorcio católico”. Sin embargo, en enero, el Papa instó a los jueces eclesiásticos de Rota a tener cuidado. Deben ayudar a los fieles a comprender la verdad sobre su matrimonio. La simplificación del procedimiento, dijo, no debe promover la nulidad de los matrimonios, sino solo favorecer la rapidez del proceso en interés de los afectados.