En cambio, durante los días del Año Nuevo “hay un porcentaje alto -diría la mitad- que trabaja o va la universidad si debe hacerlo”, si bien éstas “son más contemplativas” en caso de inasistencia a clases, puntualizó.

“En Bogotá hay cuatro templos -dos ashkenazim, uno sefaradí y otro conservativi-, más otro en Medellín y dos en Barranquilla (Bet El, en la foto)”, y respecto de las costumbres locales, “en Rosh Hashaná se usa que, especialmente las mujeres, se pongan ropa nueva y el ambiente es festivo, y en Iom Kipur es más solemne y se sirven refrigerios para cortar el ayuno”, contó el también vicepresidente del Congreso Judío Mundial.

“Somos una comunidad pequeña, todos nos conocemos, y la gente se siente entre amigos y así pasa el día”, sintetizó.

En las tres escuelas comunitarias -una en Bogotá, que es la única con gran mayoría de alumnos judíos, y otras en Medellín y Barranquilla, donde son una minoría- “hay muchas actividades alusivas, antes de las Fiestas, durante las cuales están cerradas”, incluso sus sinagogas, informó el director ejecutivo de la Confederación de Comunidades Judías.

En cambio, “hay una sola sociodeportiva, en Bogotá, que es privada, tiene muchos socios no judíos y no necesariamente se acopla (a las actividades comunitarias), si bien es posible que esté cerrada en Iom Kipur”, diferenció.

Por último, desde hace unos años, los medios de comunicación de Colombia informan y saludan a la comunidad judía por el Año Nuevo, al igual que las autoridades públicas, “del Presidente para abajo”, finalizó Peckel.