Una de las más prominentes iglesias católicas de Alemania se ha posicionado en contra de la xenofobia y el odio al Islam. Su modo de proceder consistió en apagar las luces del templo la noche del lunes para protestar contra la "manifestación en contra de la presencia del Islam en Alemania" que se desplegó en las cercanías del monumento. Dicha acción tuvo como cometido "expresar solidaridad con los refugiados musulmanes".

El lunes se esperaba que miles de manifestantes afiliados a "Europeos Patrióticos Contra la Islamización de Occidente" (PEGIDA en sus siglas en alemán) marcharan por las calles de Colonia, la cuarta ciudad más grande de Alemania. Esta gran masa de gente, que ha crecido rápidamente en los últimos cuatro meses, portaba carteles y eslóganes contra la influencia del Islam en Europa. Los organizadores del movimiento popular, que también reclamaban la protección de las raices culturales judeo-cristianas, sacaron provecho de la frustración por la reciente afluencia de refugiados de Oriente Medio en Alemania, muchos de los cuales huyen del caos y devastación causados por la guerra de Siria.

Pero cuando los manifestantes "anti-Islam" desfilaban ante la icónica catedral de Colonia -un famoso monumento nacional- en la noche del lunes, no fueron recibidos con gritos de apoyo, sino una iglesia a oscuras.

"La Catedral no será un telón de fondo para esta manifestación", dijo el preboste de la Catedral de Colonia Norbert Feldhoff, según CNN. "Como una clara protesta contra la xenofobia, el racismo y la exclusión, la iluminación exterior de la Catedral de Colonia será apagada el 5 de enero durante la manifestación".

"Con este acto pretendemos que los marchantes se detengan a pensar" afirmó Feldhoff a Reuters. "Es un reto: considera con quien y para qué te estas manifestando".

Esta decisión forma parte de un creciente contra-movimiento en Alemania dirigido a sofocar el ascenso de PEGIDA y el odio  contra el islam. La Ópera de Semper también obró del mismo modo, apagando sus luces, cuando el movimiento PEGIDA marchó por Dresde en diciembre, y desde entonces ha publicado un banner en su página de Facebook en el que se puede leer: "Los refugiados son bienvenidos aquí". Del mismo modo, la canciller alemana, Angela Merkel, condenó abiertamente a los manifestantes en su discurso de Año Nuevo el pasado Miércoles.

"No sigan a las personas que organizan este tipo de actos, porque sus corazones son fríos y a menudo llenos de prejuicios e incluso odio", dijo Merkel.

Muchos de prominentes líderes religiosos del país también han sido muy críticos de PEGIDA. De Colonia Arzobispo Rainer Maria Woelki y arzobispo de Aquisgrán tanto utilizaron sus sermones de fin de año para pedir a los alemanes de mostrar compasión hacia los refugiados, y el líder protestante Heinrich Bedford-Strohm preguntaron a sus compañeros cristianos a "parar con la división y que todo el mundo participe en la comunidad ".

Paralelamente, Josef Schuster, presidente del Consejo Alemán de Judios, ha denominado el movimiento como "enormemente peligroso", y agregó: "Aquí, los neonazis, los partidos de extrema derecha y los ciudadanos que piensan que puedan finalmente dejar salir su racismo y la xenofobia están todos mezclados".

Pero mientras que la oposición a PEGIDA está muy extendida, la creciente frustración por la reciente oleada de inmigración -que se encuentra en su punto más alto en décadas- está creando una alianza inusual de manifestantes contra el Islam. Aunque varias organizaciones de extrema derecha son participantes activos en los mítines y marchas, el movimiento también incluye muchos alemanes de clase media  no afiliados a grupos marginales. Una encuesta de opinión publicada la semana pasada encontró que 1 de cada 8 alemanes se uniría a una marcha contra los musulmanes si PEGIDA organira tal evento en su ciudad natal.