Cargnello pidió trabajar por los jóvenes salteños

Cargnello pidió trabajar por los jóvenes salteños

En la primera misa del Triduo, el arzobispo llamó a luchar contras las drogas La primera misa estacional se celebró con la presencia de peregrinos, turistas, fieles y vecinos que llegaron en la fría mañana de ayer hasta la Catedral Basílica de nuestra ciudad.

Siempre los mensajes de las homilías fueron claros, directos, y esta vez no fue la excepción.

El oficio religioso fue presidido por el arzobispo de Salta, monseñor Mario Cargnello, quien realizó la prédica durante la liturgia eucarística especialmente dedicada a la Virgen María.

Ante un templo colmado de devotos y una calle España abarrotada de gente, dirigió su mensaje especialmente a los jóvenes.

Exigió trabajar por ellos contra todos los males a los que están expuestos; especialmente en la lucha contra el flagelo de las drogas.

Cargnello destacó el aumento los jóvenes que año a año participan de los cultos del Milagro. A los que vienen peregrinando, los que participan en la organización y a los que van a la Procesión del Señor y la Virgen del Milagro.

Lo que decía no estaba descontextualizado. Tanto dentro como fuera de la Catedral prevalecía una presencia de jóvenes que cualquier grupo de militancia o partido político envidiaría.

Concluyó con un contundente mensaje a la clase política presente en primera fila. Con una lucidez lógica que brinda el conocimiento de la realidad social, el religioso dijo que, más allá de las ideologías, "de las derechas y las izquierdas, existe un gran reconocimiento por lo que representa la Virgen María, como madre de Dios y como madre nuestra".

Le habló directamente a la clase dirigente sentada enfrente suyo. Fue una sutil manera de destacar que, muchas veces, la falta de respuestas reales a las necesidades de los jóvenes, y de la sociedad en general son canalizadas en la fe y en la esperanza de un mañana mejor.

"Estos son días de proponer una sociedad nueva, de potenciar una nueva calidad humana", concluyó contundente al final del oficio religioso.

Al término, los diáconos salieron a recibir a más peregrinos que seguían llegando a la plaza 9 de Julio.

Allí fueron los gauchos de Seclantás quienes llegaron montando sus caballos.

En clara sintonía con lo que dijo Cargnello, al momento de tomar la palabra, Enzo Mendilarza dijo que ellos comenzaron peregrinando solo tres jinetes hace tres años.

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