La fe de los caminantes en la Virgen sigue intacta

La fe de los caminantes en la Virgen sigue intacta

Unos 70 mil feligreses pasaron ayer por la gruta de Lourdes en Alta Gracia. El santuario cumple 100 años.

Alta Gracia. Cuando Guillermina Achaval Rodríguez y Delfina Bunge de Gálvez trajeron a Alta Gracia una réplica de la gruta de Lourdes, no imaginaron que 100 años después el santuario se convertiría en uno de los más visitados de la provincia de Córdoba.

Sólo en esta peregrinación cerca de 70 mil fieles se llegaron a visitar a “la virgencita”.

“Se eligió un sitio pintoresco que pudiese siquiera lejanamente recordar el lugar elegido por la Santísima Virgen en los Pirineos, un recinto cercado por varios cerros que forman como un pequeño templo natural, a cuyos pies corre un arroyo”, detalla una reseña extraída de Historia y Evocación de Alta Gracia , de Miguel Alfredo Rizutto, en el blog “La fragilidad de Los Retiros”, de Walter Villarreal.

Cuenta esa reseña que la Gruta se abrió a roca viva y que el encargado de la creación de la virgen de mármol fue el escultor Héctor Rocha.

La obra se comenzó en septiembre de 1916 y al año siguiente fue donada a la custodia de la orden de los padres Carmelitas Descalzos.

Historia de a pie

Los datos sobre los comienzos de la peregrinación a pie desde Córdoba capital a Alta Gracia (40 kilómetros) se difuminan en la memoria de vecinos. Las caminatas las inició el padre Carlos Burón en la década de 1970 y lo hizo con un grupo de jóvenes universitarios como “una experiencia deportiva y de entretenimiento”.

Pero las multitudes empezaron a llegar en la década de 1990, sin una explicación exacta aunque una podría ser las crisis económica. En los últimos años, las cifras rondaron entre los 70 mil y los 100 mil fieles que “a pie” llegaron para prometer, agradecer o pedir.

A los caminantes se sumaron los vecinos que, con improvisadas carpas y colchas en el suelo, comenzaron a quedarse a la vera del arroyo después de una jornada agotadora.

Roberto, de Córdoba capital, relató que la peregrinación la hizo durante 20 años y que su fe proviene de su madre. “Antes había más gente que se arrastraba”, observó.

Natalia (37), de barrio General Paz, recordó que comenzó las caminatas con su papá cuando tenía 12 años. “No había luz, no había calle y había más gente descompuesta”, señaló.

Comentá la nota