El arzobispo de Córdoba, monseñor Ángel Sixto Rossi SJ, presidió la misa radial del último domingo desde la parroquia San Roque, del barrio cordobés de Villa Corina, donde rezó por los niños y los catequistas en su día y se solidarizó con las familias de los al menos cinco bebés muertos en el Hospital Materno Neonatal Ramón Carrillo, de la capital cordobesa.

En la homilía, el arzobispo cordobés se unió “al dolor inmenso de esta familia, de estas mamás, de estos papás que están llorando por la monstruosidad del Neonatal que, ojalá, se aclare y se haga justicia”.

Monseñor Rossi llamó “indignación ética” a la reacción suscitada ante este lamentable caso y reflexionó sobre la postura que se debería tener con los niños por nacer.

“¡Qué lindo sería que esa misma indignación ética la tengamos para el niño que está por nacer! Estos mismos niños, unos meses atrás, estaban en la panza de la mami”, recordó.

“Si esa enfermera asesina -si es que lo es, eso hay que probarlo-, o quién sea, que hoy está presa y se la condena, unos meses atrás hubiera estado en la panza de la madre y la ley le hubiese permitido hacer lo mismo que ella hace es liquidar al crío. Fíjense que vueltas en la vida”, reflexionó.

El arzobispo de Córdoba pidió a Dios poder acompañar a esta gente y también repasar “qué significa cuidar la infancia. ¿Cuál es la diferencia entre estos niñitos y los que están en la panza la mami?” y planteó: “Que a uno se lo ve y al otro no se lo ve. Fíjense que primitivo lo nuestro a la hora de juzgar. A una la protege la ley; es más, si no lo hubiera hecho en el momento en que estaba embaraza, la ley, al revés, la condenan por no hacerlo”.

“Esto, por supuesto, que no es apoyar esto que ha sucedido. Es que esta indignación, ojalá también, se dé para el niño por nacer; que la única diferencia que tiene es que todavía, paradójicamente, no ha nacido, todavía no lo vemos cara a cara”, aseveró.

A más de una semana de que se conoció la noticia sobre la muerte de por lo menos cinco bebés recién nacidos entre marzo y junio de este año en el Hospital Materno Neonatal Ramón Carrillo de la ciudad de Córdoba, los resultados de la autopsia confirmaron las sospechas de las familias: la causa de la muerte fue “exceso de potasio”, sustancia que fue “inyectada de manera intencional”.

El dato surgió de las pericias complementarias que se le hicieron a dos de los cinco bebés muertos y las conclusiones detallan que “se detectaron sustancias tóxicas incompatibles con la vida”. Por esta causa, hay una enfermera detenida e imputada.