Arzobispo de Lviv: "No luchamos con fusiles sino con el Rosario"

Arzobispo de Lviv:

El metropolitano latino Mieczyslaw Mokrzycki subrayó que en este tiempo de guerra toda Ucrania está envuelta en una cadena de oración. “Somos luchadores de Dios, no en el campo de batalla, sino de rodillas ante el Santísimo Sacramento”.

“Lo que me da fuerza, esperanza y fe es que veo que la Divina Providencia no nos abandona y que hay tanta fe en la gente”, remarca el arzobispo Mieczysław Mokrzycki en una entrevista con Vatican News. El metropolitano latino de Lviv subrayó que en este tiempo oscuro de guerra toda Ucrania está envuelta en una cadena de oración: “Somos luchadores de Dios, no con el rifle, sino con el rosario. No en el campo de batalla, sino de rodillas ante el Santísimo Sacramento”.

En su reflexión sobre el segundo aniversario de la guerra, el arzobispo destaca una frase de Jesús que le llama la atención: “No hay árbol bueno que dé malos frutos, ni árbol malo que dé buenos frutos. Porque cada árbol se conoce por su fruto”.

“Nos duele que unas décadas después del final de la Segunda Guerra Mundial, tengamos nuevamente que defender nuestra libertad y reflexionar sobre cómo los seres humanos no somos capaces o no podemos recordar los horrores que la guerra dejó atrás”, lamenta.

El prelado asegura que, en la región, las actividades militares continúan: “Llueven misiles y drones sobre personas y ciudades. Mueren soldados y gente inocente. Muchas personas están heridas, privadas de sus hogares y de sus medios de vida, sin trabajo”.

En esta situación, la Iglesia se preocupa por ayudar a todos: “Ayudamos a los soldados que luchan a través del servicio de capellán; organizamos ayuda humanitaria, alimentos, medicinas y equipos, e incluso ayudamos a comprar drones. Seguimos dando la bienvenida a los desplazados internos y organizando ayuda humanitaria y enviándola a zonas de guerra. También brindamos esta ayuda a las familias pobres de nuestras parroquias. Organizamos un amplio trabajo pastoral para fortalecer la fe y la esperanza en ellos”, enumera.

Para ayudar a la gente a tener esperanza y fuerza interior, monseñor Mokrzycki señala: “En primer lugar, invitamos a los fieles a orar, animados por las palabras de la Carta del Apóstol Santiago: ‘Quien de vosotros esté afligido, ore’”.

“Esto es lo que podemos dar hoy a nuestros seres queridos y a toda Ucrania: nuestra oración debe ser como el incienso que siempre tiene una sola dirección, de la tierra al cielo. Debe ser el grito de un solo corazón y un solo espíritu”, anima.

“De esta manera, abrazamos a todo el país con una cadena de oraciones, especialmente por aquellos que están en el frente de esta guerra demencial, que luchan en nuestro nombre y por nuestro bien por la libertad de la patria”, detalla.

Además de la oración, otra dimensión que construye esperanza y fuerza interior es la Buena Noticia: “Hoy llegan de todas partes noticias que no traen optimismo, pero sí, muy a menudo, horror. Por eso, de nosotros fluyen la esperanza y el consuelo, una buena palabra y el apoyo del espíritu. Las palabras del Señor Jesús: ‘Soportad las cargas unos de otros’, se convierten en la tarea con la que debemos acudir unos a otros”.

“Y aquí está la prueba de una actitud de amor basada en las obras. En estos tiempos difíciles, esta es la actitud que fomentamos y tratamos de tener para que las personas vean nuestras buenas obras y alaben a nuestro Padre celestial”, resume.

El arzobispo de Lviv concluye con un mensaje esperanzador: “Lo que me da fuerza, esperanza y fe es ver que la Divina Providencia no nos abandona y que hay tanta fe en las personas”.

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