Bicentenario: Dos Siglos después

Bicentenario: Dos Siglos después

Al celebrar los primeros doscientos años de la nación Argentina, encontramos la oportunidad ideal para ANALIZAR.

Brevemente, pero de un modo honesto y profundo. ANALIZAR.

Integrantes de una generación, se determinaron a emprender una gesta a todas vistas imposible. Contra todo pronóstico, en circunstancias severamente adversas, en absoluta inferioridad de condiciones, creyeron, sin embargo, valioso y prioritario apostar sus vidas a la causa de la Revolución, y enfrentar un poder monopólico, un sistema de gobierno obsoleto, y una organización institucional deficiente.

Aunque parecía imposible, finalmente triunfaron. Tal vez lo lograron, porque no se dieron cuenta que era imposible…

Décadas después, la Argentina se encontraba entre las diez principales economías del mundo. A pesar de los conflictos internos, se sancionó la Ley de sufragio universal, que avanzó mucho en la democratización del sistema político. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, Argentina tenía la octava reserva mundial en su tesoro nacional.

Posteriormente, ingresamos en una etapa dolorosa de quiebre interno. Conflictos y luchas permanentes. Que finalizan con la etapa de terror de estado, grupos civiles armados y la peor dictadura militar de la historia del país. Las conquistas originales, la grandeza de una nación, parecieron evaporarse.

El recupero de la democracia generó gran aliento y esperanza. Costó y cuesta muchísimo la pacificación del país. Los atentados a la AMIA y la Embajada de Israel inauguraron la etapa de otra forma abismal de violencia, que recorre todo el mundo. Y que repudiamos profundamente, en solidaridad con el pueblo de Israel y con las víctimas inocentes de los brutales atentados.

Pero habiendo recuperado las instituciones de la República, hoy el desafío es enfrentar males que aún subsisten y que deberemos solucionarlos como condición fundamental para obtener ese destino que antecede a la Argentina.

Esos desafíos, no pudieran ser mejor expresados que por nuestra Constitución. Constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, promover el bienestar general, asegurar los beneficios de la libertad para nosotros, para nuestra posteridad, y para todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentina, INVOCANDO LA PROTECCIÓN DE DIOS, FUENTE DE TODA RAZÓN Y JUSTICIA.

Una transformación de la cultura es inminente. La Biblia aporta todo el consejo y la guía para una sociedad que debe y puede encontrar el rumbo y cumplir los propósitos de su Dios, tan bien expresados en los postulados del preámbulo constitucional.

Afirma el profeta Jeremías, que Dios “sabe los pensamientos que tiene para nosotros, y son pensamientos de bien, y no de mal, para darnos el destino que esperamos. Y si le buscamos, lo encontraremos, si lo hacemos de todo corazón”.

Nos hará mucho bien como argentinos, además de celebrar el bicentenario de nuestra independencia, revisar el camino recorrido, para no cometer los errores del pasado, creyendo que nuestro Dios es un Dios que ama todo lo que él ha creado y a través de su perdón por la obra de Jesús en la cruz, nos permite alcanzar una libertad, que nos hace verdaderamente libres de todo aquello que daña a nuestra querida Argentina.

Invitamos a la sociedad de cara al tricentenario a edificar nuestros hogares sobre los fundamentos que no son visibles, tales como el amor, el perdón, la reconciliación, el respeto mutuo y la cultura del encuentro con el otro. Los cuales se traduzcan de manera visible en la búsqueda y la práctica del bien común por todos los habitantes del suelo argentino y más allá de nuestras fronteras.

Como cristianos evangélicos, estamos convencidos que Argentina alcanzará su destino, su propósito como Nación, amada y creada por Dios desde antes de su fundación. Y deseamos trabajar cada día incansablemente para colaborar en este camino de transformación.

Y lo hacemos porque tenemos FE, que es la convicción de lo que se espera, y la esperanza de lo que aún no se ve, pero llegará.

Dios bendiga a Argentina.

¡FELIZ DIA DE LA PATRIA!

Consejo Directivo Nacional de ACIERA

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