El papa Francisco nombró como obispo castrense a Santiago Olivera, de 58 años,  actualmente obispo de Cruz del Eje. Luego de una década de estar vacante, Mons. Olivera sucederá en el cargo a Mons. Antonio Baseotto a quien le fuera aceptada su renuncia el 15 de mayo de 2007 y desde entonces era reemplazado interinamente por el vicario general, Monseñor Pedro Candia.

El nuevo obispo será el responsable de la asistencia religiosa del personal de las Fuerzas Armadas (Ejercito Nacional, Marina y Fuerza Aerea) y Fuerzas de Seguridad (Gendarmería Nacional y Prefectura Naval) de la Argentina.

Santiago Olivera nació en Buenos Aires el 7 de enero de 1959 y es el último de doce hermanos. Vivió desde chico en Ituzaingó, estudió en colegios de Morón y en el seminario de esa diócesis en el que fue ordenado sacerdote el 18 de setiembre de 1984.

Luego de varios años de trabajo pastoral en la diócesis, de la que fuera su vicario general, en el 24 de junio de 2008 Benedicto XVI lo eligió obispo de la diócesis cordobesa de Cruz del Eje por lo que el 18 de agosto de ese año fue consagrado obispo por Mons. Justo Oscar Laguna, por entonces obispo emérito de Morón. Acompañaron a monseñor Laguna, el obispo de Morón Luis Eichhorn y Omar Félix Colomé, obispo emérito de Cruz del Eje, cuya diócesis gobernó pastoralmente durante 24 años hasta su renuncia en el 2008 por haber llegado a la edad de 75 años. Concelebró también el entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio en compañía de 24 obispos y 120 sacerdotes.

Habiendo tomado osesión e iniciado su ministerio pastoral como tercer obispo de Cruz del Eje el 7 de setiembre de 2008, Mons. Olivera fue miembro de la Comisión de Ministerios y Delegado para las causas de los Santos en la Comisión de Liturgia de la Conferencia Episcopal y actualmente es Presidente de la Comisión de Comunicación.

Su figura adquirió mayor relevancia en los últimos tiempos por la canonización del “cura gaucho" José Gabriel Brochero, que el pasado 16 de octubre se convirtió en el primer santo nacido y muerto en Argentina y del cual Olivera fue el principal promotor de la canonización.