Grabois: "Mejorar la relación con la Iglesia con plata es un error"

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Cercano al Papa y crítico de Macri, el líder social será consultor en un organismo del Vaticano

Su relación con Francisco -quien todavía era Jorge Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires- nació en 2005. Juan Grabois ya era un referente del Movimiento de los Trabajadores Excluidos (MTE), una organización que agrupa a cartoneros y recicladores. Preocupado por la falta de políticas públicas contra el trabajo infantil, Grabois se acercó a Bergoglio, quien lo invitó a conversar en la Catedral. Tras interiorizarse de la situación, el entonces arzobispo porteño le manifestó su apoyo a la lucha de los trabajadores precarios. Surgía allí un vínculo de cercanía y confianza que se mantendría hasta hoy.

Grabois acaba de ser nombrado consultor del Pontificio Consejo de la Justicia y de la Paz, organismo vaticano que trabaja para promover internacionalmente la justicia social, los derechos humanos y la paz, referenciado en la doctrina social de la Iglesia. "Es un reconocimiento para todos los militantes sociales que peleamos en el mundo por techo, tierra y trabajo", dice Grabois a LA NACION en un diálogo telefónico.

"No soy ni vocero del Papa ni del Vaticano", advierte. El dirigente asegura que la relación entre la Argentina y la Santa Sede es "normal", pero cuestiona en duros términos las formas de la diplomacia argentina, expuesta recientemente con la devolución de la donación a Scholas Occurrentes. "El Gobierno equivoca el rumbo, las cosas no se resuelven ni con plata ni con carpetazos", sentencia. Y asegura que el rumbo económico social que adopta el Gobierno está "en contradicción con el mandato del Papa".

Hijo del dirigente marxista Roberto Grabois, dice que intentará que su vida en San Martín de los Andes, donde reside, no cambie sustancialmente: "No voy a convertirme en un empleado del Vaticano, seguiré trabajando en los barrios y con mi vida normal".

El flamante consejero de Justicia y Paz es crítico del rumbo económico que tomó el gobierno argentino. "Veo medidas que solamente están destinadas a favorecer a un sector y entran en contradicción evidente con el pensamiento social de la Iglesia y de Francisco", dice. Y explica: "Cuando se eliminan las retenciones a la megaminería contaminante mientras se aumenta hasta en un 600% la tarifa de gas a alguien que vive en una barriada popular en la Patagonia, estamos ante una injusticia evidente". Como referente de la economía popular, un universo que aglutina a trabajadores precarios, entiende que el sector atraviesa una situación crítica: "En los últimos meses hubo un deterioro muy grande en las condiciones de vida. Están frenadas las políticas sociales necesarias y se combina con una hostilidad de las fuerzas de seguridad sobre distintas actividades, como la persecución de la venta ambulante".

Apenas conocida la donación de 16,6 millones de pesos que el 30 de mayo el Gobierno había hecho a Scholas Occurrentes, la red educativa que promueve el Papa, Grabois había cuestionado el envío. "Estuvo muy bien que se haya tomado la decisión de devolver la donación, creyendo que existen otras prioridades. En una situación de crisis como la argentina, hay necesidades más urgentes que financiar a una fundación privada", considera. Grabois agrega: "Si querés mejorar la relación con la Iglesia e intentás hacerlo poniendo plata, estás equivocando el camino y habla muy mal sobre tu cosmovisión".

Como publicó LA NACION, la devolución de la donación causó sorpresa y malestar en la Casa Rosada, donde atribuyeron el desplante a "operadores del Vaticano". Grabois niega enfáticamente esa versión: "El funcionario que habla de «operadores» del Papa mide a todos con su misma vara. No existe esa figura, ni Francisco tiene interlocutores más allá de su vocero oficial, Federico Lombardi. Jamás mandó a nadie a decir o hacer algo por su nombre".

En las últimas horas trascendió que existiría malestar en la Santa Sede por la posibilidad, que fue revisada por el Gobierno, de enviar a Roma al ex agente de la SIDE Alejandro Colombo como agregado de Inteligencia. Ante la consulta, Grabois dijo conocer al respecto sólo versiones periodísticas, pero remarcó: "Hay gente que está equivocando el rumbo frente al Papa. Las cosas no se resuelven ni con plata ni con carpetazos".

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