Francisco volvió a tender lazos con el mundo islámico

Francisco volvió a tender lazos con el mundo islámico

Recibió al imán de Al-Azhar, considerado el Vaticano del islam sunnita; "el mensaje es el encuentro", resaltó el Papa

Por Elisabetta Piqué

ROMA.- "El mensaje es el encuentro." Con esas palabras, Francisco resumió ayer la histórica reunión que tuvo con el imán de Al-Azhar, prestigiosa universidad de El Cairo, considerada "el Vaticano del islam sunnita", luego de diez años de relaciones congeladas, tras el "incidente" de Ratisbona, de 2006.

El imán de Al-Azhar, que llegó al Vaticano acompañado por una delegación de ocho personas, mantuvo con el Papa un "cordial" cara a cara de 30 minutos, según informó el padre Federico Lombardi, vocero de la Santa Sede.

"Las dos autoridades destacaron el gran significado de este nuevo encuentro en el marco del diálogo entre la Iglesia Católica y el islam", indicó Lombardi. "Además, conversaron principalmente sobre el tema del compromiso común de las autoridades y de los fieles de las grandes religiones por la paz en el mundo, el rechazo de la violencia y del terrorismo, la situación de los cristianos en el contexto de los conflictos y de las tensiones en Medio Oriente y su protección", agregó.

Al final del encuentro, en el que los dos líderes espirituales se dieron un apretón de manos y se abrazaron, Francisco resumió: "El mensaje es el encuentro". Fue la primera reunión del máximo líder del catolicismo con el máximo líder del islam sunnita, confesión que profesa el 85% de los musulmanes (el 22% son chiitas).

Después del encuentro con el Papa, que tuvo lugar en la Biblioteca del Palacio Apostólico, el gran imán de Al-Azhar se reunió junto a su delegación con el cardenal francés Jean-Louis Tauran, presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, y su secretario, monseñor Ayuso Guixot.

La máxima institución sunnita había cortado relaciones con el Vaticano en septiembre de 2006, después de que Benedicto XVI, entonces papa, relacionó el islam con la violencia en un discurso en Ratisbona que desató furiosas protestas en todo el mundo musulmán.

Mucha agua pasó bajo el puente desde entonces. Más allá de los intentos de llevar calma de Benedicto XVI, que dijo haber sido malinterpretado, la tensión fue decreciendo en el pontificado de Francisco, que desde sus tiempos de arzobispo de Buenos Aires trabajó por el diálogo interreligioso y que al ser elegido al trono de Pedro enseguida manifestó la importancia de avanzar por esa vía. No pasó inadvertido en el mundo musulmán, en efecto, que enviara un mensaje a los "hermanos" musulmanes al comienzo del ayuno del Ramadán ni que en su viaje a Tierra Santa de mayo de 2014 decidiera incluir en su séquito a dos amigos argentinos: el rabino Abraham Skorka y el dirigente islámico Omar Abboud.

Justamente Abboud es una de las personas que trabajaron tras bastidores, en colaboración con el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, para que se concretara el encuentro de ayer.

"La idea de diálogo con una gran religión monoteísta como es el islam sunnita, la mayoritaria, es indispensable en este momento, y no sólo para la cuestión de Medio Oriente. Es una señal fuerte, sobre todo cuando la islamofobia, tanto en Europa como Estados Unidos y otras partes del mundo, no es un dato menor", dijo a la nacion Abboud, en diálogo telefónico.

En otro dato importante, el imán de Al-Azhar viajará hoy a París, ciudad sacudida en noviembre del año pasado por cruentos atentados terroristas.

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