Cardenales de EE.UU. desactivan embestida contra el Papa

Cardenales de EE.UU. desactivan embestida contra el Papa

Wuerl, de Washington, negó las acusaciones de Viganò, al afirmar que el exdiplomático no comunicó sanción alguna contra el cardenal McCarrick. Tobin, de Newark, expresa su "conmoción, tristeza y consternación" por los ataques al pontífice.

Tras las duras acusaciones de Carlo Maria Viganò, la respuesta de los cardenales estadounidenses no se ha hecho esperar, desmintiendo de forma contundente al ex nuncio en EEUU, y proclamando, sin fisuras, su apoyo a Bergoglio.

El primero en hacerlo fue el cardenal de Chicago, Blase Cupich. Tras él, uno de los máximos implicados, el cardenal de Washington, Donald Wuerl, quien sustituyó a McCarrick y que, según Viganò, conocía de su boca los desmanes del cardenal destituido por Bergoglio.

En un comunicado, la Archidiócesis afirma tajantemente que Viganò "nunca proporcionó al cardenal Wuerl ninguna información sobre el alegado documento del papa Benedicto XVI acerca de unas directivas de Roma sobre el (ex)arzobispo McCarrick".

La oficina de Wuerl también subrayó que Viganò no tiene ninguna prueba verificable contra él, y explicó que nadie se ha presentado nunca ante el arzobispo como víctima de los abusos de McCarrick. "Durante todo su mandato como arzobispo de Washington nadie se le acercó (a Wuerl) para decirle: 'el cardenal McCarrick abusó de mí' o hizo cualquier otro reclamo similar", dijo un comunicado de su archidiócesis.

Otro de los blancos de los ataques de los ultras, el cardenal Joseph Tobin, de Newark, expresó "conmoción, tristeza y consternación" por las amplias acusaciones, de las que dijo, "no se puede entender que contribuyan a la curación de los sobrevivientes de abuso sexual".

"Junto con el papa Francisco estamos confiados en que el análisis de las acusaciones ayudará a establecer la verdad", dijo Tobin.

Por su parte, el presidente de la Conferencia Episcopal estadounidense, el cardenal Daniel DiNardo, recalcó que las preguntas planteadas por el ex nuncio "merecen respuestas que sean concluyentes y basadas en evidencias". "Sin esas respuestas -añadió- los hombres inocentes pueden estar contaminados por acusaciones falsas y los culpables pueden repetir los pecados del pasado".

DiNardo declaró estar "ansioso" de encontrarse con el Papa "para ganar su apoyo" de cara a la Visita Apostólica que los obispos estadounidenses pidieron a Francisco para abordar la crisis de abusos provocada por el escándalo de Pensilvania y las acusaciones contra McCarrick, a quien Francisco, ahora sí, ha obligado a un vida de silencio y oración, sin apariciones públicas, que el ex purpurado está cumpliendo.

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