Nuevo balance de poder municipal y reproches en el Frente de Todos

Nuevo balance de poder municipal y reproches en el Frente de Todos

Montenegro encarriló la composición legislativa para el segundo tramo de su gestión. Su principal socio, Maxi Abad, fue un actor clave. Impactará en el Concejo y el gabinete. En la oposición, los pases de factura se combinaron con el deseo presidencial de elegir a los candidatos de 2023 en las PASO.

Por: Ramiro Melucci.

Las urnas de Mar del Plata volvieron a dar un doble mensaje. De castigo para los gobiernos nacional y provincial. De respaldo para Guillermo Montenegro. La consecuencia directa de esa foto electoral es un intendente fortalecido y una oposición magullada. Que se traduce en una composición del Concejo Deliberante más próxima a la mayoría para el oficialismo y que fija los cimientos de la plataforma para la reelección en 2023.

El único lunar que le creció a Juntos por el Cambio en la noche del domingo pasado hay que adjudicárselo a la expectativa que la misma fuerza había generado en el ambiente político. Un triunfo con 50 puntos o más y la obtención de nueve bancas. Una verdadera calamidad para el Frente de Todos. De allí el alivio que algunos dirigentes opositores sintieron cuando vieron que la diferencia no era más abismal que en las PASO. Un alivio que no explica, ni por asomo, las muestras de euforia que sucedieron a la derrota.

Ninguno de esos detalles resaltó tanto el entorno del jefe comunal como la contribución marplatense al triunfo de Diego Santilli. “Si no manteníamos los votos acá no ganábamos la provincia”, dijeron. Palabras que exhiben la expectativa de Montenegro de erigirse en uno de los dirigentes de Juntos por el Cambio de mayor protagonismo en el concierto bonaerense.

Esa intención coincide con el progresivo ascenso de su principal socio en la alianza local. Maximiliano Abad pasó este año de ser el titular del bloque de diputados provinciales de Juntos por el Cambio a vertebrar la UCR bonaerense y a levantarle la mano a Facundo Manes, factor decisivo para que la apuesta de Horacio Rodríguez Larreta en la provincia –el desembarco de su vicejefe– culminara con éxito.

El radicalismo fue siempre el principal socio del PRO en la coalición de gobierno municipal, pero ahora lo es mucho más. Ya no viene de perder una PASO como en 2019. Viene de derrotar en septiembre al intendente en la quinta sección. Hay un nuevo balance de poder.

El gabinete y el Concejo serán testigos del nuevo reparto. En el gobierno le bajan las expectativas a los cambios, pero dos mujeres se aprestan a simbolizar los acuerdos previos al cierre de listas de Montenegro con Abad: Vilma Baragiola en el gobierno y Marina Sánchez Herrero en el cuerpo deliberativo. La mejor garantía para el modelo consensuado de gestión que el intendente exhibe como una joya de museo ante Larreta e intendentes del palo es, como hasta ahora, con el radicalismo en la presidencia del Concejo.

El tándem se aprecia en la estrategia y en los hechos cotidianos: Montenegro aguarda que Abad regrese de sus vacaciones para definir las modificaciones en el elenco oficial.

 

El radicalismo ya no viene de perder una PASO como en 2019. Viene de derrotar en septiembre al intendente en quinta sección. Hay un nuevo balance de poder.

 

En la otra banda del tablero político, el Frente de Todos busca digerir la amplia derrota y comprenderla. Es un retroceso rumbo al objetivo de gobernar Mar del Plata en 2023. Todo escenario que fortalezca a Montenegro lo es. La explicación que dio Fernanda Raverta aludió esencialmente a la pandemia. El senador electo Pablo Obeid mantuvo la línea al mencionar que la elección se nacionalizó y estuvo vinculada a los cierres y las aperturas que se permitieron mientras azotaba el Covid. Decisiones que se tomaron siempre en Olivos o en La Plata.

Quedó en claro la intención de dar vuelta la página lo más rápido posible. Ariel Ciano celebró al día siguiente el avance en la comisión de Legislación de un proyecto impulsado junto a Virginia Sívori para generar más oportunidades laborales. El propio Obeid anunció el financiamiento provincial para obras de agua y cloaca en Colinalegre y Zacagnini. Pero los pases de factura por la estrategia electoral comenzaron de inmediato. Con el pedido de mayor apertura como punta de lanza.

El reclamo halló su reivindicación en el discurso de Alberto Fernández en el acto por el Día de Militante en Plaza de Mayo. El Presidente dejó en el aire su deseo de socializar la lapicera en los cierres de listas de 2023. Mucho tiempo antes había dicho que no sobraba nadie, por lo que quienes celebran sus palabras también esperan que se traduzcan en hechos.

Raverta es la líder del espacio en Mar del Plata. De eso no cabe duda. Controla las sedes locales de las dependencias nacionales y provinciales y seguirá comandando el bloque opositor más importante del Concejo. Pero el resultado electoral anima ciertos desafíos. Fue notorio el protagonismo de Rodolfo “Manino” Iriart en cada visita de campaña de Victoria Tolosa Paz. Facundo Moyano aterrizó en Alvarado pero no renunció a la política. De entrada consideró una extorsión pública y un atentado contra la gobernabilidad las dimisiones de funcionarios nacionales tras las PASO. Le estaba apuntando a la directora de la Anses.

 

La amplia derrota del Frente de Todos implica un retroceso rumbo al objetivo de gobernar Mar del Plata en 2023. Todo escenario que fortalezca a Montenegro lo es. 

 

El ex intendente Gustavo Pulti también tiene por delante una decisión crucial en 2023. Se definirá la continuidad de Acción Marplatense en el Concejo. ¿La apertura que ahora parece insinuarse en el Frente de Todos puede ser su salvoconducto? Demasiado pronto para saberlo. Lo único concreto es que la remontada que casi le permite sumar bancas en el Concejo lo dejó mejor posicionado que las primarias. Y que esos poco más de siete puntos serán codiciados. Como los cerca de cinco que logró Crear con boleta corta.

Los del novel Gustavo José, de Avanza Libertad, son en cambio atribuibles a José Luis Espert. Y la permanencia o no de los libertarios por fuera de Juntos por el Cambio no es un asunto que se vaya a resolver en Mar del Plata.

Los próximos dos años, con la pandemia en retirada y un Concejo con más ediles oficialistas, serán decisivos para la administración local. El triunfo del domingo pasado no debería generar confusiones. Ya no habrá argumentos, ni excusas, para que la gestión no dé un salto de calidad.

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