Manaos: la increible historia de una pyme familiar, argentina y matancera

Manaos: la increible historia de una pyme familiar, argentina y matancera

Hace unos 40 años, Orlando y su familia comenzaron la venta de bebidas con un camión «destartalado». Distribuían una bebida que nadie quería comprar y en una zona, que nadie quería vender.

HISTORIAS QUE INSPIRAN.

 

«No le vendíamos un cajón a nadie», aseguraron.

 

«Fuimos golpeando puertas, puertitas, ventanas, ventanitas, recorriendo kioscos, kiosquitos, almacén, almacencitos y así comenzamos a vender», contaban Orlando y su familia.

Con el tiempo, se convirtieron en unos de los distribuidores más importantes del país.

Orlando y su familia, luego de quedarse sin el trabajo de distribuidores, apostaron a todo o nada.

 

Vendieron las cabezas de ganado, alquilaron su campo e invirtieron todo en lo que más tarde, se convertiría en una de las empresas de gaseosas, con mayor venta en todo el país,  especialmente en la Provincia de Buenos Aires.

 

Manaos tiene más de nueve líneas de productos, que compiten con las mejores marcas de gaseosas.

Producen aguas saborizadas, soda, agua mineral y fernet listo para tomar, entre otros productos.

 

La planta Manaos, con 80.000 mts., cuadrados y una línea de llenado de última tecnología,  produce alrededor de 600 millones de litros de bebidas al año y emplea alrededor de unas 350 personas, en forma directa.

De distribuidor, Orlando y su familia habían pasado a ser mayoristas de bebidas, siendo los número uno en ventas, antes de tener su propia fábrica.

 

Orlando afirma que: «el secreto del éxito fueron la constancia y la regularidad».

«Acá estamos todos trabajando para lo mismo y en el mismo nivel. Trabajamos todos por la misma causa», resalta Orlando.

 

Orlando cuenta que allá por el 2003, tuvo un accidente muy importante, en el cuál casi pierde la vida y tuvo que arrancar de cero con todo.

Se fue al campo, se dedicaba a la ganadería y en un momento, pensó en largar todo. Pero no pudo. Orlando tenía la necesidad interna de continuar con la distribución de bebidas. Es allí,  cuando decide montar su propia fábrica. Largó todo en el campo, compró el predio y comenzó con su sueño propio, en un lugar y en un tiempo impensado.

Vendió todas las cabezas del campo, alquiló su campo y con los tres años que cobró de alquiler adelantado, apostó a su sueño familiar.

 

Desde allí,  arriesgando todo, comenzaron a producir y no pararon más.

En el año 2004, crearon la marca Manaos y todos sus conocidos le decían que estaba loco. Sin embargo, Orlando continuó con su sueño.

Invirtió todo su patrimonio en la construcción y puesta en marcha de la fábrica.

Si bien les costó mucho entrar en el mercado y competir con las multinacionales, Orlando afirma que: «fue una lucha sin cuartel. Una lucha sostenida en el tiempo».

 

En el año 2005, sufrieron un incendio intencional en la fábrica ubicada en Virrey del Pino y casi pierden todo.

«Apagamos el incendio, limpiamos todo y seguimos con lo que teníamos. Fue un momento de mucha incertidumbre y gracias a la fuerza de la familia y al apoyo de los proveedores, pudimos salir adelante», confiesa Orlando.

¡VAMOS MANAOS!, fue la publicidad que con mucha creatividad, hizo que la marca fuera famosa y reconocida en todo el país.

Orlando cuenta que: «quería una publicidad con garra. Una publicidad con acento bien de cancha, con estrellas que traspasaran la pantalla. Esto logró que el producto se posicione y finalmente, fue reconocido».

En el año 2013, compraron la línea de llenado más importante y rápida del mundo. De 2013 a 2017, lograron que el envasado hora de 30.000 botellas, pasara a 45.000 botellas hora. También, lograron reducir en un 35% el consumo de energía.

Orlando reafirma que: «en la empresa veo un futuro floreciente», agregando que: «no se debe tener miedo y que la fe, es un factor muy importante. Se deben limar errores y buscar lustrar las virtudes».

 

«Somos una gran familia. Lo más importante para nosotros es la gente. La gente que nos acompaña, la gente que produce, los distribuidores, los proveedores. Todos son importantes para nosotros», destacó Orlando.

Y concluyó diciendo: «La familia es todo. Sin ellos, nada de esto podría haber sido posible».

Mirá el video con la historia completa:

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