Para comenzar, Martínez, en nombre del Gobierno Municipal,  agradeció  a Silvia por haber permitido que la obra de Carlos (Gorriarena) esté en nuestra ciudad: “es un placer y un honor poder disfrutar de esta muestra, hay una calidad estética invalorable y un compromiso con muchísimos factores simbólicos que para nosotros quieren decir mucho”.

Para continuar, la funcionaria agradeció a todo el equipo del museo porque hacen un trabajo incansable para montar todas las obras y destacó el compromiso de la comunidad de acompañar a los artistas en cada exposición: “Les quiero agradecer a ustedes por estar siempre, por apoyar, por entender que el museo es de todos y que tenemos que hacerlo vivir, evolucionar, transitar y sacarlo a la calle y ese trabajo lo replican ustedes todo el tiempo”.

Por su parte, Bogliano comentó que “para mi es emocionante tener esta obra en este pequeño y sólido museo, le agradezco especialmente a mi amigo de toda la vida, el arquitecto Oscar Trucci, que me facilitó el camino para llegar a esta obra genial de Gorriarena”.

En relación al artista, aseguró que Gorriarena es uno de los más grandes artistas del siglo XX, ya que “en él se juntan dos cualidades difíciles de lograr: la excelencia en el arte y la pintura y la excelencia en el contenido, porque nos hace pensar, nos abre esquemas de temas importantes, de las estructuras del poder, algunas etapas de la democracia y una burla hacia el famoso ‘pizza y champagne’ que en una época nos acompañó”.

Por último, la viuda del artista, Sylvia Vesco, afirmó que “para mí también es un honor estar acá y traer la obra de Carlos al interior, porque era lo que a él le gustaba. Sobre Carlos no puedo decir mucho porque estoy muy enamorada de él así que no les voy a pedir que me crean todo lo que digo”, comentó a modo de gracia.

Asimismo, destacó que “pintó toda su vida, en un momento empezó a tener alumnos y eso le gustaba porque los jóvenes le daban energía y había un intercambio interesante. Él todos los días se ponía a pintar, en actitud de trabajo, fue un gran compañero, me enseñó mucho su actitud contestataria, no convencional, su lógica para entender las cosas y siempre tenía un discurso distinto y enriquecedor”.

Luego la viuda, contó una anécdota personal para demostrar el carácter de Gorriarena, y culminó asegurando que “era una persona muy justa”.

Fuente: Prensa Municipalidad de Azul