El impacto en las grandes empresas

El impacto en las grandes empresas

La economía de la provincia de Buenos Aires se encuentra, a cuatro meses de gobierno de Javier Milei, en jaque. Empresas, cooperativas y pymes la recesión golpea en todos los frentes. Desde los sectores productivos ven escépticos una recuperación en el corto plazo.

La magnitud de la recesión que atraviesa la economía argentina impacta de lleno en la provincia de Buenos Aires. Si bien desde el Gobierno nacional sostienen que pasados los seis meses de gestión se aguarda una fuerte recuperación, la merma en el consumo, la construcción, la producción y la presión inflacionaria pronostican todo lo contrario. 

Cabe señalar que la provincia de Buenos Aires representa más de un tercio del producto interno bruto y de las exportaciones totales nacionales, a la vez que alcanza al 40% de la recaudación nacional y representa aproximadamente la mitad de la actividad industrial del país. 

Sin embargo, el deterioro de la actividad económica en la Provincia atraviesa a todos sus sectores productivos, en comparación con enero de 2023 la actividad económica bonaerense sufrió una caída del 4,5%. Donde la motosierra podó a la industria (-2,9), el comercio (-1,3) y la construcción (-0,7). A pesar de que el agro (1,5) se proyecta positivamente por una buena cosecha, hay un menor precio internacional que no pareciera llegar a compensar los gastos en insumos hechos en dólares.

En estos primeros cuatro meses de gestión libertaria la baja del consumo y el impacto inflacionario no le fue indiferente a las grandes empresas situadas en la Provincia, quienes debieron ayornarse y ajustar para poder cerrar sus cuentas.

Uno de los sectores productivos más fuertes de la provincia de Buenos Aires es el metalúrgico, con el 60% de la producción a nivel nacional. Sin embargo, la metalúrgica Ternium, del grupo Techint, y Acindar con múltiples plantas en territorio bonaerense (San Nicolás, Zárate, entre otras localidades) se encuentran en un proceso de adecuación de su plantilla de empleados acorde a la actividad en la industria. Esto significa, según lo denunciado desde la UOM, una nómina de despedidos que alcanza a los 8 mil y puede escalar a causa de las bajas ventas y la poca producción. 

Pasando de la siderurgia hacia el sector alimenticio, otra multinacional que no escapa a la licuadora es la lechera Sancor, con una importante planta de distribución en la localidad de Don Torcuato. Aunque la producción se encuentra en declive desde 2023, la pérdida de nivel adquisitivo de la población es un golpe directo para la empresa que abastece de productos como productos domésticos, leche, crema, dulce de leche, leches infantiles. 

Los números de SanCor disparan las alarmas del sector lácteo en el país, de 14 plantas industriales que tuvo se quedó con seis. En tanto, de procesar en su mejor momento 3 millones de litros diarios, hoy trabaja con alrededor de 500.000 a 550.000 litros diarios. 

Toyota es otra de las empresas radicadas en la Provincia que busca ajustarse para que le den los números. La firma automotriz, con sede en Zarate, encara un fuerte proceso de reestructuración local ante la caída de la demanda local y en la región (Chile, Colombia, Brasil, entre otros). De acuerdo a lo trascendido, su plan de reestructuración busca establecer un plan de retiros voluntarios con el fin de reducir en alrededor de 400 personas su plantel laboral. 

La empresa japonesa estima producir este año unas 25.000 unidades menos que en 2023. Se pasará de unas 186.000 a unas 160.000, el objetivo es ajustarse en un contexto de crisis económica que desde hace largo tiempo está afectando el nivel de ventas de la industria automotriz.

Esta decisión genera preocupación en el sector, otras grandes firmas automotrices podrían seguir los pasos de Toyota con la presentación de planes de retiros voluntarios o reducción de jornadas laborales. En la Provincia se encuentran 4 plantas industriales automotrices que pertenecen a Ford y Volkswagen (Pacheco), Toyota (Zarate), Mercedes Benz (Virrey del Pino) y Peugeot (El Palomar). 

En diálogo con La Tecla, un ejecutivo de Arrebeef, frigorífico Argentino líder en la producción y comercialización de carne y subproductos vacunos con fuerte presencia en mercados nacionales e internacionales con sede en Pérez Millan (Ramallo), señaló que la suspensión de personal no se debe a otra cosa más que la “baja de producción por falta de ganado”. Al mismo tiempo, detalló que “el parate de dos semanas y media” es una mera “cuestión de falta de hacienda”.  

En la misma línea, sostuvo “desde este lugar no percibimos conflicto”, en relación a los trabajadores suspendidos debido a la “merma en la producción”. Además, agregó: “el sindicato no tiene conflicto, puede quedar alguno afuera que va a reingresar. Pero nadie quedó cesante”.

Por último, detalló que la faena “bajó de 1500 cabezas de ganado diarias a 700, hoy por hoy estamos en las mil”, y que parte del impacto en esta caída se debe al último temporal que azotó al norte de la Provincia. 

“No sé qué va a pasar en mayo y junio si no aflojan”

Alberto Kahale, presidente de la Federación Económica de la provincia de Buenos Aires (FEBA), detalló a La Tecla el impacto que tienen las medidas del Gobierno nacional en la economía de los sectores productivos de la Provincia.

Para Kahale la pérdida de la capacidad de consumo de los ciudadanos de la Provincia es un golpe al hígado para la producción, “si bien los salarios se actualizaron no alcanza con una inflación del 200%, además hay que sumar las tarifas”, indicó.

“Los alquileres aumentaron un 400/500%, aunque se estima una inflación cercana al 10% no alcanza porque todo el salario en el bolsillo se va a las boletas de luz y gas”, explicó.

En este sentido, comenta que prefiere mantenerse positivo pero que la recesión sumada a la inflación presenta “un panorama complicado”. 

Respecto a la importación de alimentos, señaló que esta medida va a impactar en las economías regionales y las pymes, quienes quedan a merced de los formadores de precios. “Como pasó en los 90, echan gente e importan y no hay forma de que los más chicos compitan contra los monopolios”. 

“Un panorama de mucha caída”

Por su parte, Salvador Femenia, vocero de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), precisó la situación que atraviesan las industrias bonaerenses en relación al ajuste.

“Hoy el panorama lo podríamos calificar de un panorama de mucha caída, Buenos Aires es una provincia con una densidad de industria y comercio muy grande. Justamente en este momento el contexto es el de una fuerte baja, con esperanzas a que en algún momento pase algo que genere una reactivación”, remarcó.

A su vez, detalló que las empresas deben lidiar con “una fuerte presión impositiva para el momento que vivimos, era fuerte antes y ahora se nota más porque no hay ventas”. 

En tanto, compartió la preocupación con la inminente apertura a la importación de alimentos. “Los sectores pymes no van a ser beneficiados con esta medida, hay muchos sectores productivos de las economías regionales e industrias pymes que producen alimentos que se van a ver perjudicados por esta medida”.

En relación al cuidado de los puestos de trabajo en comparación con las grandes empresas, Femenia sostiene que las pymes cuidan el empleo con “mucha esperanza de que una reactivación se produzca”.

“Por ahora no podemos decir que hay despidos masivos en las pymes, pero estamos en una situación complicada”, sentenció.

Tanto en el Ejecutivo nacional como en el Ministerio de Economía comparten la visión de que la producción y el consumo repunten a partir de la primera mitad del año, pero a una semana de abril con tarifazos a la vuelta de la esquina las empresas con competencia internacional, medianas empresas, pymes y cooperativas no parecen compartir ese horizonte. 

Parte de esta recuperación depende que el Gobierno logre levantar el cepo cambiario, de lograr desarmarlo sin que se produzca una corrida cambiaria o una devaluación, pedido contundente por parte del campo, podría comenzar divisarse un proceso de mejoría. O en el peor de los casos, la profundización de la recesión.

Lo cierto es que la próxima batalla a librar del Gobierno es contra las pymes, lo que primero fue un anuncio se convirtió en una certeza. La era Milei estará marcada en los próximos meses por la depuración de miles de pymes empadronadas en el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social. 2412 cooperativas registradas en la Provincia se encuentran en la mira.

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