Grandes inversores buscarán en emergentes opciones de inversión

Grandes inversores buscarán en emergentes opciones de inversión

Son líderes a nivel mundial y marcan tendencia. Dicen que saldrán de bonos Triple AAA de desarrollados para ir en búsqueda de mayores rendimientos, y riesgo en otros mercados.

Aún no está del todo claro cuando la Fed encarará la suba de las tasas de interés. Pero lo cierto es que, al final del cuento, el fenómeno inflacionario y la recogida de los estímulos apuntan, según las últimas minutas del banco central, a que cada vez más miembros del Comité de Política Monetaria (FOCM) creen en subir las tasas ya en 2022.

Claro que será gradual y en dosis homeopáticas, y desde casi el subsuelo de una tasa nominal de 0% anual. Por ende el apetito de los inversores por conseguir mayores rendimientos está a la orden del día. De ahí que los emisores de bonos soberanos de mercados desarrollados enfrentan una demanda decreciente de uno de sus principales grupos de inversores.

¿Qué están pensando estos inversores líderes globales? Un tercio de este selecto e influyente grupo planea salir de posiciones de bonos soberanos de mercados desarrollados, y cerca de un cuarto de ellos piensa incursionar en la renta fija de mercados emergentes. No es un dato menor. Sobre todo para Argentina que con intentar ordenar su macro y sus relaciones internacionales, léase FMI, Club de París, etc., podría aprovechar parte del apetito de estos inversores globales. Hoy parece un escenario muy lejano, sobre todo siendo “standalone”, pero dadas las restricciones domésticas poder acceder a refinanciar voluntariamente los vencimientos externos, como el resto de los países, e incluso disponer de nuevo financiamiento de largo plazo, colaboraría con la exigente tarea fiscal y monetaria por venir.

Ya algo empezó a verse a nivel global, como lo refleja una encuesta del foro OMFIF, donde los grandes inversores, enfrentados a un entorno de rendimiento más bajo durante mucho tiempo, están recurriendo a activos más riesgosos para mantener o aumentar los rendimientos. Si bien estos inversores (gestores de reservas de bancos centrales, fondos públicos de pensiones y fondos soberanos) suelen construir carteras con perfil de aversión al riesgo, su menor apetito por los bonos soberanos con calificaciones más altas (AAA) ya inquieta a las Tesorerías y los administradores de deuda pública que esperaban un regreso a mercados más normales luego de un período sostenido y sin precedentes de intervención directa de la banca central, explica Clive Horwood, director del OMFIF. Esto también pone en tela de juicio la demanda general de estos bonos por parte de los inversores a nivel mundial.

El foro sondeo a más de un centenar de estos inversores líderes, en cuando a las estrategias futuras de asignación de activos. Parte de los hallazgos del sondeo se conocieron durante un seminario virtual sobre el futuro de la deuda soberana europea. Allí se conoció que más del 30% de los inversores encuestados planean reducir sus asignaciones generales a la deuda pública durante los próximos dos años, y el 6% planea hacerlo de manera significativa. Al respecto, fueron los bonos corporativos, la renta variable, el sector inmobiliario y la infraestructura los destinos que registraron aumentos netos significativos en las asignaciones futuras.

Un análisis más profundo de las carteras esperadas de bonos soberanos muestra una reponderación hacia la deuda soberana de mayor rendimiento. O sea, cerca del 30% de los inversores planean reducir sus tenencias de deuda soberana de mercados desarrollados y, como grupo, serán vendedores netos de bonos públicos con calificación AAA. Según el sondeo, algunos inversores planean moverse a lo largo del espectro de riesgo: más del 20% espera aumentar las tenencias de deuda soberana de mercados emergentes. Otros planean mejorar marginalmente los rendimientos mediante la compra de deuda pública con grado de inversión de menor calificación o bonos subnacionales y de agencias, esto último, quizás, en previsión de futuras rebajas de calificación soberana.

Europa, es quizás quien se anticipa y pica en punta, apostando a las emisiones de bonos del fondo Next Generation de la UE, que planea recaudar 750.000 millones de euros en los mercados de capitales para financiar la respuesta al covid-19 y que podría transformar los mercados de bonos no solo en el viejo continente, donde los bonos verdes serán protagonistas. Al ser consultados si estos nuevos instrumentos de deuda se convertirán en una característica permanente de su cartera de reservas en el futuro, alrededor del 70% de los administradores de reservas de los bancos centrales a nivel mundial anticipan que eso sucederá, mientras que entre los fondos de pensiones la cifra fue poco más del 40%.

A nivel regional, la actitud hacia el potencial de los bonos de la “Próxima Generación” como parte de las reservas es mixta: la mayoría de los fondos europeos esperan que formen parte de sus reservas, pero más de una cuarta parte de los fondos aún no lo ven. “Es probable que haya una fuerte demanda de los mercados emergentes, sobre todo en África, América Latina y Oriente Medio”, señala Horwood. Pero hay más escepticismo entre los inversores asiáticos ya que menos del 40% de los fondos públicos de esa región, muchos de ellos entre los más poderosos del mundo, anticipan que los bonos de próxima generación pasarán a formar parte de sus reservas en el futuro.

Un caso testigo de lo que parece venir fue la solidez de la demanda de bonos soberanos verdes que registró Italia en el debut del BTP Green, que generó una ola de pedidos de alrededor de 80.000 millones de euros para una operación de 8.500 millones de euros. Según el sondeo la demanda de dichos activos seguirá creciendo.

Hoy ya más del 90% de los administradores de reservas de los bancos centrales a nivel mundial han invertido en bonos verdes, en comparación con solo el 60% de los fondos públicos de pensiones. De los bancos centrales encuestados, alrededor del 65% planea aumentar sus asignaciones de bonos verdes en los próximos 12 a 24 meses. También esperan aumentar sus tenencias sostenibles en otras clases de activos, como acciones verdes y fondos negociables en bolsa sostenibles.

 

Por Jorge Herrera

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