La gestión de basura es un problema regional

La gestión de basura es un problema regional

Los residuos sólidos que se producen en Quito son depositados en el relleno sanitario de El Inga.

El manejo inadecuado de la basura es un problema persistente en América Latina y el Caribe.

Menos del 10% de los residuos son reciclados en cada país y cerca del 45% de los desechos que se generan en la región acaba en los más de 10 000 botaderos a cielo abierto. Estos son fuentes de contaminación y enfermedades.

En la XXII Reunión del Foro de Ministros de Medioambiente de América Latina y el Caribe, las autoridades acordaron adoptar una hoja de ruta para el cierre progresivo de basurales. El documento, que fue realizado con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente, (Pnuma)plantea la meta de eliminar los botaderos hasta el 2030.

Actualmente, se calcula que 145 000 toneladas de basura de la región se destinan cada día a basurales, quemas u otras prácticas inapropiadas. Es el peso de 14 torres Eiffel o de 1 169 estatuas de la virgen de El Panecillo. El aprovechamiento de los residuos, la reducción de la producción de desechos y la transición hacia rellenos sanitarios son parte de las acciones ambientales.

Según información del Pnuma, en la región se han identificado 14 000 sitios de disposición final inadecuada, entre los que están los botaderos y vertederos controlados. Por otro lado, hay cerca de 2 000 rellenos sanitarios, donde se deposita el 55% de los residuos. Esos albergan una mayor cantidad de basura, porque se ubican en las ciudades grandes.

María Fernanda Soliz, directora del área de Salud de la Universidad Andina Simón Bolívar y coordinadora de la Alianza Basura Cero Ecuador, considera que la construcción de rellenos o botaderos no es la solución al problema. Ambos sistemas tienen aspectos positivos y negativos, y su utilidad depende de las características de cada ciudad.

Por un lado, dice, los botaderos son una fuente de ingresos para cientos de familias de recicladores en cada país. Al evitar que los residuos sean enterrados, alargan la vida útil de los espacios. Esto no ocurre en los rellenos sanitarios, que se saturan rápidamente.

Los botaderos, en cambio, son sistemas con un manejo inadecuado. Representan un foco de contaminación para el ambiente y un riesgo para la salud.

Según el documento de hoja de ruta, la eliminación de estos sitios ayudará a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, como el metano y carbono negro.

Para Soliz, lo más importante es promover sistemas de “basura cero”, en los que se aprovechen los residuos. Además, fomentar políticas de separación en fuente, rechazo a materiales de un solo uso, responsabilidad empresarial e inclusión de los recicladores.

La investigadora explica que, en la práctica, el país todavía tiene entre 60% y 70% de sus cantones con botaderos a cielo abierto o controlados.

Según datos del Ministerio del Ambiente y Agua de Ecuador, el 53% de los 221 municipios opera con rellenos sanitarios y celdas.

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