La expropiación

El 27 de diciembre de 2011 Cristina Fernández de Kirchner se reunió con Sebastián Eskenazi, exCEO de YPF. La familia Eskenazi había adquirido el 25% de la compañía a fines de 2007, en una compra que costó US$ 3.000 millones y fue financiada casi en su totalidad por dos créditos, uno de Repsol y otro de distintos bancos. 

En medio del déficit energético que atravesaba Argentina, la expresidenta avanzó con la expropiación. Cuando la petrolera pasó a ser controlada por el Estado, los dividendos dejaron de ser destinados a las compañías que financiaron la compra de los Eskenazi y pasaron a ser reinvertidos para aumentar la producción nacional, lo que supuso un duro golpe para la familia, que aún adeudaba gran parte de los créditos pedidos para comprar las acciones de la empresa.

 

Los Eskenazi le vendieron el reclamo al fondo buitre Burford por US$ 15 millones y firmaron un contrato que deja constancia de que podrán cobrar el 30% de lo que obtenga Burford en la Justicia. Es decir, casi US$ 1.000 millones. 

El discurso de Kicillof

"Créanme que si uno quería comprar acciones para entrar a la compañía y pasaba el 15%, pisaba la trampa del oso y tenía que comprar el 100% a un valor equivalente a USD 19.000 millones. ¡Porque los tarados son los que piensan que el Estado tiene que ser estúpido y comprar todo según la ley de la propia YPF, respetando su estatuto!".

 

Enérgico, aquel fue el discurso del flamante candidato a gobernador de la Provincia, cuando el Senado aprobó la expropiación, el 17 de abril de 2012, con más de 200 votos positivos. Si bien el periodista de La Nación, Mariano Obarrio, consignó en ese entonces que Kicillof le había dicho a Cristina que el gasto para el país por la operación sería de "cero pesos", el exministro de Economía afirmó en su disertación en el Congreso que se pagaría el valor que determinara el Tribunal de Tasaciones de la Nación.

Los movimientos financieros tras el fallo

Mientras el dólar alcanzaba su cotización más baja en dos meses y se ubicaba en $43,60 para la venta, el Riesgo País, que mide el diferencial de tasa de los bonos del Tesoro de los EEUU con sus pares emergentes, subió a 855 puntos básicos -un incremento del 3,8%-, pese a que se mantiene lejos de los 1.000 puntos que experimentó a fines de abril.

Por otra parte, YPF logró que una empresa argentina volviera a colocar deuda privada en el mercado internacional tras 14 meses, al poner US$ 500 millones a una tasa de interés de 8,875% durante 10 años, lo que significa un buen pronóstico para que otras compañías se financien más barato que el Tesoro nacional y busquen acortar sus costos financieros.