Desde que a mediados de abril el Vaticano confirmó que el papa Francisco visitaría Paraguay, en el marco de su gira latinoamericana que incluye Bolivia y Ecuador, el país se revolucionó: en las calles de Asunción, las pantallas muestran clips de bienvenida y los colectivos lucen afiches con el logo oficial de la visita.

La noticia de la gira por el continente también despertó una lógica atención en la Argentina. En Mar del Plata, el fervor ya es incluso medible: unas 100 personas reservaron su lugar en el contingente que saldrá el 9 de julio.

"Este programa exclusivo ofrece la posibilidad de acompañar al sumo pontífice y compartir con miles de files las celebraciones previstas durante su viaje a Sudamérica en el mes de julio de 2015", promociona en su página web Wave Turismo, la empresa mayorista que comercializa el viaje.

La visita incluye una estadía por 2 noches en la ciudad de Villarrica del Espíritu Santo, y desde allí los traslados para participar de la misa el sábado 11 de julio en el valle de Caacupé (centro religioso de la fe cristiana, considerada "Capital Espiritual del Paraguay") y, el domingo 12, de la multitudinaria misa de despedida del Papa en el parque Ña Guasu de Asunción.

"Los cupos son limitados, por lo que recomendamos efectuar su reserva con la mayor anticipación posible", avisan en la agencia. "Ya hay llenos dos buses de aproximadamente 50 personas cada uno", contaron en Dynamic Viajes. "La mayoría de las personas que confirmaron son mayores", contaron en Zanier Turismo sobre el perfil de los más interesados en ver al Papa de cerca.

Con impuestos incluidos, el paquete, que consta de cinco días y dos noches, cuesta $4.500. Y hay que tener en cuenta que hay que dormir dos noches en colectivo: una de ida y otra de vuelta. El regreso a Mar del Plata es el 13 de julio a la noche.

"Mucha expectativa, mucha ilusión, entusiasmo y curiosidad son las sensaciones que se palpan en las calles de Asunción y del resto del país desde que se confirmara la esperada visita del papa Francisco", escribió el periodista paraguayo Silvano Malini.

Francisco estará en Paraguay entre el 10 y el 12 de julio. Será la segunda visita de un papa: la primera la hizo en 1988 Juan Pablo II, en un momento de tensión entre la dictadura de Alfredo Stroessner y la Iglesia Católica. "El régimen temía que la presencia del Papa influyera en la multitud y estimulara el fin de un grupo de poder corrupto que se había perpetuado a través del terror. En efecto, al año siguiente se produjo la caída del régimen", recordó Malini.

En este caso, Francisco llegará a la Paraguay gobernada por Horacio Cartes, uno de los hombres más ricos del país, acusado por los opositores de "gobernar para los poderosos".

"Si bien en el país se aprecia cierta bonanza económica, se mantienen los más altos niveles de desigualdad del planeta. Hay un crecimiento de los sectores medios, acompañado sin embargo por un inesperado crecimiento de los niveles de pobreza", contextualizó Malini.

El clero y los laicos activos, agregó, están abocados a la organización del evento y a la motivación en particular de los jóvenes, mientras los obispos ponen la mira en los "frutos pastorales"; es decir, en encontrar el modo de preparar a los feligreses y al pueblo en general para aprender a transformar los gestos y las palabras del santo padre en comportamientos privados y sociales.