Rabino Ioni Shalom: “Desde el punto de vista del judaísmo, el aborto está prohibido”

Rabino Ioni Shalom: “Desde el punto de vista del judaísmo, el aborto está prohibido”

Hoy la Cámara de Diputados de la Nación debate en el recito el proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo durante las primeras 14 semanas del proceso de gestación. Sobre eso, el Rabino Ioni Shalom, de la Comunidad Bet-Hilel, dialogó en exclusiva con Vis á Vis acerca de la postura del judaísmo y, además, brindó su opinión personal con relación a este debate que se está dando en la sociedad hace más de un mes

 

– ¿Qué dice el judaísmo con relación al aborto?

– Desde el punto de vista del judaísmo, la vida es preciada. Venimos a este mundo más allá de nuestra voluntad y del mismo modo deberíamos irnos de este mundo. Es por eso que el aborto como regla general está prohibido porque atenta contra la vida que deviene necesariamente en persona. Pero dado que el judaísmo es casuístico y no se basa solamente en reglas generales, contempla situaciones en las cuales el aborto es una necesidad. Un claro ejemplo es cuando una madre corre riesgo de vida por el feto que lleva dentro de su vientre. En ese caso, hasta que no comiencen los trabajos de parto, debería hacerse un aborto para salvar la vida de la madre. El tema del aborto es sumamente delicado, tiene muchas variables y debería tratarse caso por caso y no como una generalidad. ¿Por qué hay una necesidad en las sociedades actuales de debatir acerca de la despenalización del aborto? La necesidad se da porque la realidad la fuerza. Una sociedad no va a intentar penalizar o despenalizar algo inexistente. Como el aborto ocurre en diferentes estratos sociales, legal o clandestinamente, lo que se está intentado hacer es dar un marco para dichas prácticas e intentando disminuir los riesgos cuando dichas prácticas se llevan a cabo.

– ¿En Bet-Hilel se está debatiendo la temática?

– Con la juventud de Bet- Hilel estamos armando capacitaciones en relación al tema del aborto para jóvenes y sus familias. Además, desde los desayunos de Torá que tenemos los días lunes hasta los diferentes espacios de estudio, el tema es latente.

– En lo personal, ¿cuál es tu posición con respecto al proyecto de ley que se está debatiendo en el Congreso de la Nación?

– Creo que se habla mucho de un tema que pocos manejan. En primer lugar hay que ser muy cuidadosos en algunos conceptos para conocer cuáles son los riesgos a los que nos sometemos. Para la tradición judía no es lo mismo “vida” que “persona”: mientras vida se considera desde el momento de la fecundación, persona se considera desde el nacimiento. No se puede perder de vista a quién se está salvando y a quién no, a quién se está poniendo en riesgo y a quién no. Y tampoco perder de vista el valor de la vida en sí misma. Por otro lado, cuando se habla de libertad suele tener una connotación positiva (nadie dudaría de la libertad como un principio regulador positivo en las sociedades modernas). El peligro es convertir esta libertad en una manipulación indiscriminada sin tener conciencia plena de cuáles son sus consecuencias. La libertad siempre está dada por la ley. Si bien se pueden ampliar ciertos marcos de referencia, sería poco prudente dejar carta blanca a que cualquiera en cualquier momento y por cualquier motivo decida abortar, sin tener la contención e información necesaria para tomar dicha decisión, poniendo en peligro las vidas que están en juego. Se debe acompañar a la mujer (y a su familia) en lo personal, en lo físico, en lo psicológico y en lo espiritual. Por último, de lo que sí estoy seguro es que, en caso de realizarse un aborto (esté uno a favor o en contra), deberían garantizarse todas las medidas sanitarias para evitar daños físicos y psicológicos tanto a la madre como al bebé.

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