A pesar de la lluvia, los chicos de Buenos celebraron a la Virgen María

A pesar de la lluvia, los chicos de Buenos celebraron a la Virgen María

El sábado 20 de Octubre de 2018, y dada la persistente lluvia que acompañó gran parte del sábado, las Peregrinaciones Marianas Infantiles 2018 se realizaron con las celebraciones previstas en las parroquias correspondientes de cada Vicaría porteña con el lema “Madre, ayúdanos  a ser hermanos”, bajo techo y con mucho entusiasmo.

Vicaría Flores hizo lo propio en la Basílica San José de Flores. La misa fue presidida por el vicario para los niños de Buenos Aires, obispo auxiliar de Buenos Aires y vicario zonal monseñor Ernesto Giobando SJ., y concelebrada por más de 20 sacerdotes.

Desgrabación de la homilía dialogada de monseñor Ernesto Giobando (EG) con catequistas y niños asistentes.

EG: Lali (L) es de las que ha organizado, con muchos otros catequistas y colaboradores, esta Peregrinación. Explicame: ¿por qué todos los chicos trajeron una manito?

L: Porque queremos imitar la mano de alguien más. 

EG: ¿De quién?

L: La mano de mamá María.

EG: ¿Y cómo es la mano de mamá María?

L: La mano de mamá María nos acaricia, es tierna, es la que nos escucha cuando las cosas no nos salen bien… la que se queda con nosotros cuando estamos contentos… así es la mano de mamá María.

EG: Por eso trajimos una manito. ¿Y qué hace la mano de nuestra mamá con nosotros?

Los chicos: Nos cuida… nos da amor… nos ayuda… nos abraza… nos protege… (el obispo va repitiendo cada una de las respuestas de los chicos)

EG: ¡Me acordé de una! La mano de mi madre cocina muy rico. (Los chicos se ríen) ¿Están de acuerdo?

Los chicos: ¡Síiiiiiiii!

EG: Es así. Cómo cocinan las mamis… Y de vez en cuando las manos de mamá, ¿qué hacen también? Vení, vení… Vamos a unir las dos manos… (y una nena y el obispo juntan dos cartelitos de manitos) Se unen, ¿para qué? Se unen para rezar. Por eso las manos de María siempre están juntitas. Y si no están juntitas, están abrazando a su hijo. ¿Vieron? En todas las imágenes de la Virgen María o están juntitas o están abrazando a su hijito. Y nos abraza también a nosotros.

Queridos niños, hoy íbamos a tener la peregrinación, la estamos teniendo aunque no salgamos después a caminar por el mal tiempo estamos peregrinando con el corazón. Porque es muy lindo peregrinar con el corazón y con los demás porque no estamos solos. Cada comunidad parroquial está aquí presente. Ustedes con sus catequistas y sus papás, con nuestros pastores, los párrocos que están aquí presentes, de cada una de las parroquias de la Vicaría, los seminaristas… ¡Cuánta gente grande que los está cuidando! Porque la gente grande tiene que cuidar a los niños. Cuando la gente grande abandona a los niños se producen todas las cosas feas y horribles que hemos visto en este último tiempo.

Si algo tenemos que tener los grandes, queridos chicos, es un profundo respeto y cuidado a su niñez. Siéntanse cuidados por los adultos. Porque nosotros les debemos a ustedes todo. Pero a veces las cosas no salen como queremos y tenemos que pedir mucho y rezar. Hoy estamos pidiéndole a la Virgen… ¿qué cosa? Que nos ayude… A ver… repetimos el lema.

Los chicos: ¡Madre, ayudanos a ser hermanos!

EG: Qué linda palabra… hermanos… yo creo que es una de las palabras más lindas de vocabulario. Junto con la palabra “mamá”, junto con la palabra “papá”, después viene la palabra “hermanos”, “hermanas”. Qué lindo que es ser hermanos. En la propia familia, por supuesto que sí y aunque algunas veces… no nos portamos bien con nuestros hermanos, si me llega a faltar un hermano o una hermana qué triste sería.

Pero no solo somos hermanos en la familia también somos hermanos con todas las personas que nos rodean. ¿Por qué? Porque Dios nos creó como hermanos y hermanas. Para eso nos hizo Dios: para que seamos hermanos y hermanas, y no enemigos. Porque a veces parece que somos más enemigos que hermanos. 

Les hago una pregunta: ¿qué es lo que le tengo que agradecer a mi hermano y a mi hermana? Piénsenlo un poquito. ¿Quién se anima?

Los chicos (responden dos): Que están para defender a otras personas, que siempre están cuando los necesitás…

EG: Que siempre van a estar. El hermano o la hermana siempre va a estar, no te va a dejar. 

Un chico: Aunque yo no tenga hermanos o hermanas, todos somos hermanos y los niños son el futuro. (Aplausos)

EG: ¡Muy linda tu respuesta! Les cuento que yo con mi hermano me peleaba un montón (risas). Que dame esto, que dame lo otro… salí de acá, no me molestes… dame la Play, ¡dame la Play! Suele pasar… No es tan fácil ser hermanos…

Una chica: No importa lo que pase… igual lo querés…

Otra chica: Agradezco a los hermanos porque hayan nacido…

EG: Cuántas cosas lindas trae ser hermanos… ¡Qué lindo es ser hermano! Ahora… también es difícil ser hermano… ¿Qué es lo que más te cuesta con tu hermano o tu hermana?

Un chico: Que no haga cualquier cosa.

Otro chico: A veces nos peleamos pero seguimos siendo hermanos.

EG: Más allá de las peleas seguimos siendo hermanos. Y… una pregunta: ¿Y los celos? ¿Saben qué es tener celos? “A vos te quieren más que a mí… A vos te dan todas las cosas más que a mí… Siempre tengo que usar tus zapatillas, y tu pullover y tu buzo…” A veces pasa así, ¿o no? 

Una chica: Necesitan amor.

EG: Todos los hermanos necesitan amor. 

Una chica: A veces, cuando son chiquititos, tenemos que ordenar los desastres de los otros hermanos… (risas)

EG: ¿Quién ordena los desastres de los otros hermanos? Que levanten la mano… (Y casi todos en el templo levantan su mano) El hermano mayor… a veces son un desastre los hermanos… Dejan todo tirado… y se pelean… Pero, ¿escucharon la obra de comienzo? [se refiere a la animación previa a la misa] “Por más que se peleen al final son hermanos.” ¿Quién vence al final, el odio o el amor?

Los chicos: ¡¡¡El amor!!!

EG: ¿Siempre el amor?

Los chicos: ¡¡¡Sí!!!

EG: Porque el amor es más…

Los chicos: …¡¡¡fuerte!!!

EG: El amor es más…

Los chicos: …¡¡¡fuerte!!!

EG: Más fuerte que cualquier otra cosa. Y María le enseñó a Jesús… si bien Jesús era hijo único, María le fue enseñando de chiquitito… Le dijo: “Mirá, Jesús… vos vas a tener muchos hermanos y hermanas que te van a seguir… y algunos te van a dejar… y no te van a querer, pero no importa… vos tenés que dar la vida por los hijos de papá Dios”. Cuando Jesús llegó a la cruz se acordó de lo que le había dicho su mamá: “Mi mamá me dijo que tengo que amar a todos mis hermanos”. Entonces, antes de morir, le dijo: “Mamá, acá están tus hijos”. Y le dijo a Juan: “Acá está tu madre”. Y desde ese día, todos pasamos a ser hijos de María y hermanos en Jesús. No se olviden, chicos: todos somos hermanos. Por eso le decimos a María: “Madre, ayudanos a ser hermanos”. Vamos a decirlo ahora en el silencio de nuestro corazón. Cada uno lo va a repetir en silencio:

“Querida madre del cielo,  a veces es difícil ser hermanos. Vemos en la sociedad a mucha gente que se pelea. Vemos muchas cosas malas, horribles. ¿Por qué, María, si tu hijo nos dijo que tenemos que ser hermanos, por qué hay tantas peleas, y tanta violencia, y tanta bronca? ¿Por qué la gente se insulta y habla mal? 

”Querida madre del cielo, desde mi corazón de niño te pido: enseñame a ser hermano, enseñame a respetar a los que viven en mi casa, porque si entre los hermanos nos peleamos, no va a haber una sociedad posible”.

Y ahora, en este silencio, vamos a pedir dos cosas buenas para nuestros hermanitos y hermanitas, y nuestros amigos. Pidámosle a la Virgen. Yo le pido a María por el corazón de estos niños, para que aprendan a ser hermanos. Y le pido a san José que los cuide de todo peligro, de toda tentación. Y que estos niños puedan ser siempre niños con un corazón puro, inmaculado, como fue el corazón de Jesús. Amén.

Comentá la nota