"Es una obligación para todo ser que se jacte de respetar la vida humana recordar La Noche de los Cristales, recordar a cada uno de aquellos que esa noche perdieron la vida y entender que regímenes como el que pergeñó esta catastrofe para la humanidad no deben ser permitidos nunca más", expresó el actual presidente y candidato a renovar la presidencia de la DAIA por la lista Nuevo Modelo Comunitario, Julio Schlosser (...)
(...) en diálogo con la Agencia Judía de Noticias, ante un nuevo aniversario de la Kristallnacht (La Noche de los Cristales), durante la cual las milicias paramilitares nazis asesinaron a unos 400 ciudadanos judíos y destruyeron unos 8.000 comercios propiedad de judíos y más de mil sinagogas.
En la noche del 9 al 10 de noviembre de 1938, hace 74 años, hordas nazis llevaron a cabo, con la anuencia de las autoridades alemanas y austríacas y ante la total inacción policial, el pogrom denominado “Kristallnacht”, popularmente conocido en castellano como “La noche de los cristales rotos”, que dio inicio a la Shoá, el exterminio de 6 millones de judíos, diez meses antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial.
"Indudablemente la Shoá no comenzó con La Noche de los Cristales, comenzó mucho antes, pero La Noche de los Cristales fue la primera exteriorización de la brutalidad de lo que después se transfomaría el régimen nazi y las consecuencias no solo para la comunidad judía, donde se asesinó a seis millones de seres, entre ellos un millón y medio de niños, sino para toda la humanidad", sostuvo el candidato a la presidencia de la DAIA por la lista Nuevo Modelo Comunitario, quien además afirmó que era una obligación para todo ser humano que se jactara de respetar la vida humana recordar La Noche de los Cristales.
"Nosotros entendemos que la mejor manera de recordar es trabajar para que esto no se vuelva a repetir y para que esto no se vuelva a repetir debemos educar a la juventud en todo esto que llevó a que el régimen nazi contara con la aprobación o el silencio cómplice de gran parte de la humanidad", concluyó Schlosser respecto a la fecha emotiva que cumple su 74º aniversario.
Durante el trágico episodio las milicias paramilitares nazis -muchos vestidos de civil- de las “Schutzstaffel” (SS) y las “Sturmabteilung” (SA) asesinaron a unos 400 ciudadanos judíos -otros 30.000 fueron confinados en los campos de concentración de Dachau, Buchenwald y Sachsenhausen- y destruyeron unos 8.000 comercios propiedad de judíos, 1.574 sinagogas -prácticamente todas- alemanas y la mayor parte de las 94 de Viena, y muchos cementerios en toda Alemania, la Austria anexada y la zona de los Sudetes de la entonces Checoslovaquia, recientemente ocupada, con el simbólico saldo de una alfombra de vidrios sobre las calles que dio lugar al casi inocente nombre del pogrom.
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