Separar a niños de sus padres, como sucede con los migrantes en la frontera con México, «es inmoral». Lo dijo el Papa Francisco en una entrevista con el vaticanista de la agencia Reuters, Phil Pullella. Se dice en contra de la decisión que ha tomado la administración Trump de separar a las familias de los que tratan de entrar a los Estados Unidos. En el resumen de la entrevista que ha ofrecido la agencia, el Papa mostró su optimismo por cómo están procediendo las negociaciones que podrían llevar a un acuerdo sobre los nombramientos de los obispos en China. Francisco también se refirió al escándalo de la pederastia en Chile, diciendo que podría aceptar las renuncias de otros obispos del país. 

  

Con base en la nueva política sobre la inmigración del presidente Donald Trump, las autoridades estadounidenses perseguirán penalmente a todos los migrantes que traten de atravesar ilegalmente la frontera con México: los adultos serán detenidos en prisiones y sus hijos serán trasladados a estructuras protegidas. Bergoglio declaró a la Reuters que comparte las declaraciones de los obispos estadounidenses, que definieron la separación de los niños de sus familiares como un acto «en contra de nuestros valores» e «inmoral». «Yo estoy con el Episcopado», dijo el Papa. Y añadió que la situación «no es fácil, pero los populismos no son la solución». 

  

Los populistas, según el Pontífice, «están creando una psicosis» sobre la cuestión de la inmigración, mientras las sociedades que envejecen, con la sociedad europea, corren el riesgo de «un invierno demográfico», por lo que necesitan a los inmigrantes. Sin la aportación de los inmigrantes, Europa «quedaría vacía». 

  

El Papa también se refirió al caso de la embarcación “Aquarius”, de la que se ocupan dos asociaciones de ayuda humanitaria y que fue obligada a desembarcar en Valencia para dejar a los 629 migrantes que había salvado en el Mediterráneo porque el gobierno italiano negó el acceso a los puertos 

  

Bergoglio, al responder a una pregunta sobre las decisiones que ha asumido el nuevo ministro del Interior Matteo Salvini, dijo: «Creo que no hay que rechazar a la gente que llega, hay que recibirla, ayudarla y acomodarla, acompañarla, y luego se ve donde se pone, pero en toda Europa».  

  

En la entrevista, Francisco se refirió a la oposición dentro de la Iglesia, de carácter conservador, explicando que él reza por los que dicen «cosas feas» en su contra. Afirmó que el futuro de la Iglesia católica está «en la calle» y aseguró que quiere nombrar a otras mujeres como encargadas de las oficinas de la Santa Sede, porque las mujeres son más capaces de resolver conflictos, aunque esto no debe llevar al «machismo en falda». Al mismo tiempo, como ya había hecho en otras ocasiones en los últimos cinco años Francisco excluyó la posibilidad de la ordenación sacerdotal de las mujeres: «Juan Pablo II fue claro y cerró la puerta, y yo no vuelvo sobre esto. Era una cosa seria». 

  

Al final, con respecto a su estado de salud, Bergoglio dijo que está bien, a pesar del dolor en las piernas provocado por sus achaques en la espalda. Insistió en que tarde o temprano podría renunciar por razones de salud, como hizo su predecesor Benedicto XVI en 2013, pero subrayó: «En este momento, no me pasa por la mente».