“Y un día… el Papa te casa en privado”

“Y un día… el Papa te casa en privado”

La increíble historia de una pareja de uruguayos a quienes el Papa Francisco recibió en Santa Marta, los casó y les dio el secreto para un matrimonio feliz: “Contigo pan y cebolla”

“¿Quieren seguir juntos?”, preguntó el Papa. “¡Sí, claro!”, respondió Omar. “¿Estás seguro?”, cuestionó, casi en broma, Noelia. Pero inmediatamente ella también dio su consenso. Entonces Francisco, concentrado y con los ojos cerrados, bendijo al matrimonio Caballero-Franco. Todo ocurrió la mañana de este miércoles 19 de septiembre, en la Casa Santa Marta del Vaticano. Estos uruguayos cumplieron su sueño de ser unidos por el pontífice. “Y un día... el Papa que habla tu idioma te casa en privado ante los ojos de tus hijas. Sin palabras”, exclamó Franco. 

  

Uno de esos momentos de pastor cercano que Jorge Mario Bergoglio nunca abandonó, ni siquiera después de haber sido elegido Papa en 2013. Antes de su audiencia pública de los miércoles de esta semana, decidió reservar un tiempo a Omar y Noelia junto con cuatro de sus cinco hijas. Estuvo con ellos unos 15 minutos, suficientes para la bendición del matrimonio. 

 

  

Primero, Francisco invitó a los esposos a pedir perdón por los pecados, por “los problemas y las rabietas” de su vida juntos. Pero también los llamó a dar gracias a Dios por “una familia con tantos frutos” que, aseguró, “son los signos del señor”. Después les solicitó tomarse de las manos y les cuestionó: “¿Quieren seguir juntos?”. Cuando ellos dijeron que sí, bromeó dirigiéndose a los hijos: “¡Aprendan ustedes, ehh!”.  

  

Así, Omar y Noelia hicieron realidad un viejo anhelo. Hace 24 años, cuando se casaron por civil, “no tenían plata ni para los anillos”. Empezaron “desde abajo” y, con mucho trabajo, sacaron adelante a una familia con cinco hijas (de 24, 17, 15, 7 y cuatro años). Hoy incluso tienen una nieta. Siempre les quedó un pendiente: casarse por la Iglesia.  

  

Cuando en 2014 nació Sara, la más chica, sus vidas cambiaron de repente. “A los 27 días de nacida tuvo un virus respiratorio, que es el único en el mundo que no tiene vacuna”, contó Noelia Franco al Vatican Insider en entrevista. Mientras la pequeña permanecía internada en terapia intensiva, una amiga de familia les dio unas gotitas de agua bendecidas por Francisco en el Vaticano. 

  

Ellos, reconocen, no eran muy practicantes. De formación cristiana, a la Iglesia “no le daban bolilla”. Pero igual creyeron, y usaron aquellas gotitas. “Enseguida que empezamos a ponérselas, la nena tuvo una recuperación inexplicable y se salvó”, agregó Franco. Aquel episodio marcó a todos profundamente, y decidieron que debían agradecer por la gracia recibida. Por eso, en abril de 2016, Noelia y Sara viajaron a Roma para asistir a la audiencia pública de los miércoles en la Plaza de San Pedro. Pudieron saludar a Francisco y decirle gracias, regresaron a Uruguay con más agua bendita.  

  

“Creo que si uno tiene un testimonio de fe, debe compartir eso con los demás. A todas las personas que les llevamos esa agua bendecida tuvieron una experiencia increíble: una periodista amiga no podía quedar embarazada y quedó, uno de mis mejores amigos tenía un problema con su hija desde antes que naciera y se solucionó, otra que luchaba contra el cáncer logró vencerlo”, siguió Noelia. 

  

Tan impactados quedaron que cuando programaron un viaje de familia por Europa (incluyendo Roma), ella decidió escribirle de nuevo al Papa. Aunque consideraba “una locura” o, incluso, “un abuso” el intentar verlo de nuevo, igual hizo la prueba. En su carta, del 27 de julio pasado, le contó a Francisco todas las gracias recibidas por intermedio de aquella agua bendita. Casi un mes después recibió una respuesta en la cual, Bergoglio, aseguró haberse alegrado mucho por toda la historia y los citó el 19 de septiembre, a las 8:45 horas en Santa Marta.  

 

  

“Vinimos por una bendición pero nos terminó casando. Bromeó con nosotros, fue espectacular, le dio consejo a mis hijas. Nos contó anécdotas de matrimonios de 60 años que a él le encantó ver. Al final nos dijo a los dos: ‘Voy a decir el secreto para tener un matrimonio largo y feliz: Contigo pan y cebolla’. Es así, porque la vida es así. Lo amo, me hizo volver a creer en la Iglesia católica”, abundó Franco. 

  

Antes de despedirse el líder católico obsequió rosarios a cada uno y personalmente les dio la invitación especial para participar en la audiencia general de los miércoles en la Plaza de San Pedro. Lo hicieron en primera fila y, al final, pudieron volverlo a saludar. 

  

Sobre toda esta increíble historia Noelia Franco señaló: “Yo creo en este Papa y en la Iglesia que está construyendo. Nosotros veníamos por una bendición y nos llevamos un mar de bendiciones. Nos van a mandar el certificado (de matrimonio) a nuestra casa, mis yernos fueron los testigos. Nos sentimos como en casa, es el Papa que te hace sentir así. Es algo que no esperábamos, es un empujón para seguir adelante. Con problemas como todas las familias, cometiendo errores como todos, pero esto fue como un baño de energía. Es un borrón y empezá de nuevo, disfrutá la vida y agradecé a Dios”.  

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