Por GIANNI VALENTE - CIUDAD DEL VATICANO

Fue una visita breve pero intensa. Ayer Abouna Matthias I, Patriarca de la Iglesia ortodoxa Tewahedo de Etiopía (una de las antiguas Iglesias orientales que han aceptado las decisiones del Concilio de Calcedonia), hizo una visita oficial al Vaticano.

En la agenda, además del encuentro con Papa Francisco también se incluyeron las visitas, siguiendo explícitas peticiones de la delegación etíope, a las Basílicas de San Pedro y San Pablo (para honrar a los Santos Apóstoles patrones de la Iglesia de Roma) y al Coliseo, lugar en el que según la tradición fue martirizado San Ignacio de Antioquía.

Durante su viaje romano, Abouna Matthias y sus acompañantes también visitaron el dicterio vaticano para la Unidad de los Cristianos, la Congregación para las Iglesias Orientales y el Pontifico Colegio Etíope, en donde fueron recibidos por el cardenal Leonardo Sandri y por el rector, el padre Kidane Dawit Worku.

La que guía Abouna Matthias es la única comunidad eclesial autóctona y de directa tradición apostólica en el África subsahariana. «La llave de la unidad entre las Iglesias», dijo al Patriarca etíope Papa Francisco, «está justamente en el ecumenismo e los mártires».

Santidad, ¿sorbe qué se concentró su conversación con Papa Francisco?

Hablamos de muchas cuestiones relacionadas con nuestras Iglesias, y sobre cómo reforzar nuestras relaciones mediante el diálogo, empezando por el diálogo teológico que prosigue entre la Iglesia católica y las Iglesias ortodoxas orientales. La comisión conjunta se reunió hace poco en Egipto. Ahora el diálogo se está concentrando sobre la cuestión de los sacramentos.

El Papa insistió en que los hijos de la Iglesia de Roma y los de la Iglesia ortodoxa etíope comparten el mismo bautismo. ¿Se podrá llegar a la plena comunión eucarística?

Entre nuestras Iglesias no ha habido excomuniones recíprocas o enfrentamientos directos. El diálogo continúa, nosotros sostenemos su continuidad y esperamos que se llegue a la unidad plena compartiendo los sacramentos. Yo espero que esto suceda en el futuro, caminando juntos con calma, sin forzar las etapas. Nos lo pide Jesús mismo, que nos dijo que no podemos separar lo que ha unido Él.

Papa Francisco también insistió en que la sangre de los mártires de hoy se convierte en «semilla de la unidad de los cristianos». También su Iglesia ha aportado sangre al martirologio del presente…

El pasado 28 de abril, 28 etíopes dieron asesinados en Libia por los terroristas del Estado Islámico, quienes también difundieron el video de las barbaras ejecuciones, presentando a las víctimas como miembros de la ‘hostil Iglesia etíope». No sabemos qué querían decir con aquellas palabras. Para nosotros, fueron asesinados solo porque eran cristianos. El mensaje que recibimos de Papa Francisco, que llamó inmediatamente mártires a nuestros pobres hermanos, fue de gran importancia para nuestra Iglesia.

¿Las Iglesias deben movilizarse y hacer campañas para denunciar el martirio?

 

La experiencia del martirio acompaña a los cristianos en la historia, hasta el final. Nosotros no lo buscamos, no queremos que suceda, pero cuando viene, los cristianos lo aceptan, y mueren sostenidos por el consuelo y por el amor de Cristo. Es Él quien los sostiene, justamente como sucedió con los primeros apóstoles. Cristo da su victoria a quienes mueren en su nombre. Es así, desde siempre, los mártires ayudan también a que los cristianos crezcan y estén unidos en la fe, como repite Papa Francisco.