Alejandro Mellincovsky: “En este 2017 vamos a seguir acompañando a la comunidad judía en su quehacer sionista”

Alejandro Mellincovsky: “En este 2017 vamos a seguir acompañando a la comunidad judía en su quehacer sionista”

El coordinador para Argentina del Departamento de Actividades para la Diáspora de la Organización Sionista Mundial, Alejandro Mellincovsky, dialogó con la Cadena Judía de Información Vis a Vis acerca de los proyectos que encarará la institución en un 2017 plagado de fechas relevantes para el pueblo judío sionista, ya que “dicen que los números redondos no dicen nada, pero nos hacen reflexionar”, asegura el entrevistado.

 

 ¿Cuáles son los objetivos que se propusieron desde la OSM para este 2017?

– Los objetivos son siempre los mismos. Queremos seguir acompañando a la comunidad judía en su quehacer sionista. Acá no hay una idea de que la gente venga a la institución sino que los contenidos que tienen que ver con Israel, haciendo hincapié en el enfoque universitario, jóvenes y adolescentes, sean trasversales a todos. Prácticamente casi todas las instituciones judías son sionistas y apoyan a Israel. Entonces, lo que tenemos que hacer, simplemente, es reforzarlas, ayudarlas y complementarlas. Ni competir ni diferenciarse. Gran parte del proyecto son propuestas. Paulo Freire decía que la diferencia entre el maestro y el alumno es simplemente que el maestro propone el tema, pero después los dos son educadores que lo tratan y lo elaboran. Hoy en día nadie necesita a esta organización, ni a un sheliaj, ni a un embajador y tampoco a mí, a nadie específico, para tomar contacto con el sionismo. Eso no quiere decir que perdamos relevancia sino que hay entender cuál es nuestro lugar (NdR: Paulo Freire fue un pedagogo brasileño. Un experto en educación sobre la cual escribió muchos libros. Además, fue secretario de Educación en San Pablo).

– En la entrevista que le realizamos el año pasado a Itamar Steinberg mencionó que querían hacer mucho hincapié en llevar actividades a las kehilás del interior. ¿Cómo viene ese proceso?

– Viene muy bien. Continuamos haciendo hincapié en el interior. Creemos que el interior es un pilar fundamental porque hay gente, son comunidades sionistas muy identificadas con el Estado de Israel, donde no hay que hacer un análisis del costo-inversión per cápita en lo que se refiere a educar en las provincias. No se puede hacer educación con una calculadora. Ahí tenemos la obligación de hacer una mitzvá, es la obligación de llegar y es también el trabajo conjunto. Hay que considerar al interior no como algo periférico, como se lo consideraba antes, sino que es gente muy instruida, capacitada, con mucho acceso a todo hoy en día. El único inconveniente es el demográfico, no hay otra cuestión. Ahora estamos trabajando con dos proyectos junto al Departamento de Promoción de la Aliá que es el Ulpán, cursos de hebreo en varias ciudades del interior. Con los ulpanim comenzamos con un primer “socio operativo” que es la AMIA, y en la actualidad la propuesta se está ampliando y diversificando en cuanto a cantidad de instituciones y lugares geográficos: ahora se va a sumar nuestro socio natural, la Organización Sionista Argentina, que será un socio operativo más.  Otro de los proyectos que realizamos junto al Departamento de Promoción de la Aliá es “Sionismo sobre Ruedas”; donde vienen personas que son exitosos en lo profesional de diversos campos y hacen actividades a lo largo y ancho del país. Algo que estamos notando con los viajes que realizamos es que se nota la presencia de la Organización Sionista Mundial, pero no de una presencia producto de una visita, sino producto del diálogo. Eso es lo que se palpita todo el tiempo. El pensar en voz alta y el trabajo en equipo.

 

– ¿Por qué es importante aprender hebreo hoy?

– El Ulpan se gestó en base a una necesidad que la detectó el Ministerio de Absorción del Estado de Israel donde la herramienta fundamental para aquellas personas o familias que deseen irse a vivir allá, y también para los que no sepan hebreo, ya que sino uno está peor que un analfabeto. Eso le va a servir para desarrollarse en todos los aspectos de la vida; para ir al supermercado o ir a estudiar a la universidad y poder trabajar. El hebreo, que es el valor agregado que se puede extraer de Israel entre otras cosas, es el único común denominador del pueblo judío. ¿Qué tenían en común un judío de Yemén con uno de Alemania y de Argentina? Aunque sea en el rezo lo hablaban en hebreo. El hebreo es la identidad del pueblo judío. No es un idioma más, y tampoco un idioma utilitario de hoy en día como estudiar francés, alemán e inglés, está buenísimo estudiar otros idiomas, pero el hebreo tiene algo más. No se entiende la historia, la religión, para el que cree, y un montón de cosas si no sabes hebreo.

– ¿Cuáles van ser a los proyectos que encare la OSM este año?

– Seguimos con el “Beit Haam”, ciclo de actividades y diálogo sionista. Los cursos de Tajles, que son más un acercamiento a la cultura israelí a través del idioma hebreo, donde vamos a trabajar con los grupos que se están por ir a Israel, más que nada jóvenes. Este proyecto lo llevamos adelante con Taglit, Sucath David y Menorá. En el interior del país también vamos a llevar el proyecto. Pero en este año vamos a poner especial énfasis en los eventos que van a suceder; dicen que los números redondos no nos dicen nada, pero nos hacen reflexionar. Este año se cumplen 50 años de la Guerra de los Seis Días, por lo tanto la reunificación de Jerusalem, con todo lo beneficioso y polémico que esto generó; 70 años de la declaración de la resolución 181 de las Naciones Unidas, 100 años de la Declaración Balfour y 120 años del primer Congreso Sionista. En torno a esta última fecha, se están preparando a nivel global eventos de los cuales, por supuesto, vamos a ser parte de ellos. También vamos a acompañar a la Organización Sionista Argentina en un trabajo en conjunto para poder crecer, y en base a esa compresión de que la gente apoya a Israel, vamos a consolidarlo más.

– Escuchándote pareciera fácil brindar actividades sionistas en Argentina, pero al mismo tiempo en la sociedad se mezcla un antisionismo/antiisraelísmo que generan una atmósfera complicada. ¿Cómo se maneja eso?

– Nosotros trabajamos, generalmente, con un público comunitario. Pero lo primero que hay que hacer es perder la vergüenza… y entender que la connotación de sionismo es positiva. El sionismo es un movimiento, no antagónico, de los judíos para los judíos que querían naturalizarse como pueblo. Querían dejar de pedir permiso para lo que hacían. ¿Qué significa esto? No solo querían rezar en hebreo sino ir a comprar al supermercado en hebreo o decirle te quiero mucho a una novia. Como se hace en todos los idiomas, que sea un idioma vivo. Que las fiestas sean tuyas, por más que haya una ley que te permita faltar en Iom Kipur a la facultad, que no te pierdas la clase. Vuelvo a repetir, lo principal es perder la vergüenza… que vos puedas mirar a los ojos a un chico de un movimiento juvenil, que es el mejor marco para poder crecer, y le preguntes ¿qué son? y en su respuesta no den cincuenta vueltas y no tartamudeen antes de decirte que son un movimiento, juvenil, judío y sionista. Que no tengan vergüenza de lo que ellos hacen po que es educar algo lindo y algo que creen.

Cuando se habla para afuera hay que tener en cuenta el público destinatario: hoy un nene de tres años tiene en cuenta el público destinatario; cuando quiere que le compren algo le habla a la mamá de una forma, al papá de otra y al abuelo de una tercer forma y lo consigue. Si ellos son conscientes de eso, nosotros también tenemos que serlo. Además al público destinatario hay que hablarle en su idioma. Ya el Talmud decía: “Hay que hablarle a las personas en su idioma”. No obstante, sin dejar eso de lado, hay que sacar los eufemismos, hacerlo más peyorativo y hablar bien claro: sin tener vergüenza y sin pedir disculpas de lo que uno hace. Tiene que tener clarísimo lo que uno hace y entender que las críticas son buenas y constructivas. Pero el antisionismo es el antisemitismo. ¿Por qué? Porque el sionismo no es una corriente más dentro del judaísmo, sino que es la razón de ser. Hertzl, padre fundador del Estado de Israel, lo único que hizo fue cambiar el método, pero el sionismo está desde el primer versículo donde se nombra al pueblo judío.

–  ¿Sentís que hay judíos que sienten vergüenza de ser judíos sionistas?

Si, si si…. no tienen vergüenza de serlo sino de decirlo…

– ¿En dónde lo notas más?

– Lo noto en varios aspectos de la vida, comunitario y extracomunitario también. Hay palabras que las evitan por la connotación que tomaron o por algún miedo a la reprimenda. Hay una teoría llamada: “La espiral del silencio”, que es de Elisabeth Noelle-Neumann. Esta teoría habla de que hay una idea, aparentemente, minoritaria pero que en realidad es mayoritaria, y así se ve en los medios de comunicación. Entonces, esa idea reflejada así tiende a establecerse por el miedo de la gente de quedar excluido, que te quedes sin trabajo o que los amigos se te aparten. A partir de ahí uno tiende a expresar una idea contraria a la que piensa o simplemente a callarse la boca.  Es difícil perder la vergüenza y algunas veces para perderla, uno se tiene que sentir respaldado…en que si lo dice lo van a respaldar, y este respaldo es en varios ámbitos.

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