Privados de la posibilidad de poder manifestarse en París contra el cambio climático, los defensores del medio ambiente han decidido cubrir de zapatos una de las plazas más emblemáticas de la capital francesa, la Place de la République.

Pantuflas de niños, botas llenas de flores, zapatillas de gimnasia, pero también las deportivas del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, las botas de Marion Cotillard, los tacones de aguja de Vivienne Westwood: son los zapatos de aquellos que habrían querido participar en la marcha para obligar a los líderes mundiales a hacer algo por el planeta, ante la cumbre sobre el clima que se abre mañana en París, y que no pueden hacerlo por las medidas de seguridad implementadas tras el atentado del 13 de noviembre.

“Más de cuatro toneladas de zapatos se han recogido en apenas una semana”, cuenta Emma Ruby Sachs, vicerrectora de Avaaz, movimiento global por la movilización de los ciudadanos, que ideó la iniciativa.

“Incluso el Papa Francisco ha enviado un par de zapatos”, añade un miembro de la campaña. Los zapatos han cubierto una tercera parte de la place de la République, “monumento símbolo – añadió la señora Ruby Sachs – de la determinación de la gente a ser escuchada”.