Los protestantes y evangélicos de todo el mundo conmemoran el 31 de octubre el día en que Martín Lutero colgó las 95 tesis en la iglesia del palacio de Wittenberg.

Este año, al cumplirse el 500 aniversario del hito, tres provincias decretaron feriado para sus trabajadores y estudiantes.

En Entre Ríos, el feriado del 31 de octubre para los protestantes se celebra desde hace cinco años .

El Gobierno de la Provincia de Santa Fe, por su parte sancionó una ley en julio a través de la cual declaró el 31 de octubre como el “Día de la Reforma Protestante”. Por esa razón, el Día de la Reforma será no laborable para agentes y empleados que profesen el culto protestante de esa provincia. Los alumnos evangélicos también podrán optar por no asistir a clases.

También, el gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, decretó asueto para los agentes de la administración pública que profesen los cultos protestante y evangélico por conmemorarse el Pentacentenario de la Reforma Protestante, mientras que el jueves también habrá asueto administrativo y escolar con motivo del Día de los Fieles Difuntos.

"El 31 de octubre se cumplen 500 años del día de la Reforma Protestante, en la que el monje Martín Lutero se levantó contra la Iglesiade Roma", recordó el presidente de la Asociación de Pastores Evangélicos de Formosa, Rubén Martiarena, quien agregó que se concentrarán ese día en el playón municipal de la Costanera provincial para "orar por el país y la provincia".

Con respecto al asueto por el Día de los Fieles Difuntos, dispuesto a través del decreto 336, el Ejecutivo local señaló que es "fiel intérprete del sentimiento religioso de su pueblo", por lo que durante la jornada "los agentes públicos podrán concurrir a cementerios y lugares donde se oficien misas".

La fecha corresponde al día en que el monje alemán Martín Lutero lanzó en la iglesia del palacio de Wittenberg las 95 tesis, documento que inició la Reforma protestante en 1517 en "protesta" por las medidas papales.

En particular, Lutero rechazó la teología sacramental católica, que, según Lutero, permitía y justificaba prácticas como la "venta de indulgencias".