Rouco Varela formó parte del grupo de presión para elegir a Ratzinger en el Cónclave de 2005

Ganswein niega que Benedicto XVI renunciara a causa del escándalo Vatileaks

Por Jesús Bastante

El "Partido de la Sal de la Tierra" frente al "Grupo de San Galo". Estas fueron las luchas de poder que se vivieron en el Cónclave que, en 2005, tras la muerte de Juan Pablo II, auparon a Joseph Ratzinger al pontificado, según ha revelado su secretario, Georg Ganswein, durante la presentación del libro "Más allá de la crisis. El pontificado de Benedicto XVI". En la misma, según revela Adelante la Fe, Ganswein pone nombre y apellidos a los partidarios de una y otra facción. El cardenal de Madrid, Antonio María Rouco Varela, formaba parte del grupo que, en ese momento, salió vencedor.

Y es que el "Partido de la Sal de la Tierra" lo conformaban, entre otros, Rouco Varela, y los cardenales López Trujillo, Medina, Herranz, Ruini o Medina, todos ellos pertenecientes al sector más ultraconservador del Colegio de Cardenales. Frente a ellos, entonces en minoría -no había llegado aún el tiempo de Francisco-, el "Grupo de San Galo", del que formaban parte el fallecido cardenal Martini y los purpurados Daneels, Kasper, Lehmann o Silvestrini, mucho más cercanos a la Iglesia del Vaticano II y el "aggiornamento".

Aunque Ganswein habla de una "dramática lucha", lo cierto es que Benedicto XVI fue elegido en cuarta votación, una de las más cortas de la reciente historia. Como también lo es que el "Grupo San Galo" (denominado así porque las reuniones solían mantenerse en la abadía suiza del mismo nombre), que comenzó a reunirse en 1996, dejó de hacerlo poco después de la elección de Ratzinger, de modo que no existió lobby posible para el Cónclave que, ocho años después, designó a Bergoglio como Papa de Roma. Esto echa por tierra las disparatadas teorías de la inválida elección de Francisco.

Sobre la renuncia de Benedicto XVI, Ganswein sostuvo en declaraciones recogidas porRome Reports que "Benedicto no renunció por culpa del pobre y mal aconsejado mayordomo (Paolo Gabrielle), ni por los cotilleos sobre su apartamento y que en el caso ‘Vatileaks' circularon por Roma como moneda falsa y se comerciaron en el resto del mundo como lingotes de oro".

Para el secretario de Ratzinger, "ningún traidor, cuervo o periodista cualquiera habría podido empujarlo a tomar esa decisión. Era un escándalo muy pequeño para algo tan grande".

Respecto a la salud del anciano Papa, Ganswein apuntó que "es un hombre lucidísimo, pero con la salud de un hombre de 89 años, con problemas en las piernas. Le cuesta caminar, pero con el andador puede andar muy bien porque le da seguridad y estabilidad".

De hecho, el próximo 29 de junio, con motivo de su 65 aniversario sacerdotal, Ratzinger podría aparecer de nuevo en público, para desterrar rumores que han llegado a sugerir un empeoramiento de su salud y, en algún caso extremo, hasta su fallecimiento.

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