El Papa se une a las obras de caridad de los católicos chinos

El Papa se une a las obras de caridad de los católicos chinos

La Santa Sede envía una contribución para las iniciativas de Jinde Charities, la red de obras caritativas vinculada con la Iglesia católica en China. Signo de la comunión de los católicos chinos con el obispo de Roma y con la Iglesia universal que ya se vive en el ámbito concreto y gratuito de la caridad compartida

El Papa Francisco se ha unido a la Iglesia católica en China para ayudar a los pobres en las zonas más necesitadas del país. Y lo hizo enviando una aportación no simbólica para apoyar las iniciativas de caridad promovidas en la República Popular China por la “Jinde Charities”, la red de obras caritativas vinculada con la Iglesia católica local. 

  

Sucedió antes de la Navidad pasada, cuando el Dicasterio vaticano para el Servicio al Desarrollo Humano Integral depositó, con el visto bueno del Papa, 100 mil dólares para financiar proyectos e iniciativas a favor de las poblaciones de las zonas montañosas económicamente frágiles que rodean las megalópolis en las provincias de Hebéi y de Guizhou. Dio la noticia el periódico católico de difusión local “Faith” (Fe), dirigido por el sacerdote John Baptist Zhang Shijiang.  

  

Las poblaciones de las zonas montañosas, económicamente frágiles, estuvieron al centro de las iniciativas que puso en marcha Jinde Charities durante 2017. Una preocupación que también recibió la aprobación de instituciones civiles. Durante todo el año pasado, las actividades de Jinde Charities también han puesto en marcha iniciativas parecidas que han florecido por contagio e imitación en diócesis y comunidades católicas desperdigadas por todo el territorio de China. El 3 de junio de 2017 hubo un concierto para reunir fondos; todo fue organizado por Jinde Charities, se llevó a cabo en Pekín, en la catedral, y participaron representantes de los organismos políticos chinos, como el Frente Unido y la Administración Estatal de los Asuntos Religiosos (SARA). 

  

La nueva aportación del Papa y de la Santa Sede a la red Jinde Charities demuestra que en el catolicismo chino la comunión con el obispo de Roma y con la Iglesia universal se vive en el ámbito tan concreto y gratuito de la caridad compartida. El Sucesor de Pedro abraza y confirma en la fe a sus hermanos, mientras hace propia la preocupación por quienes viven en necesidades que han manifestado las comunidades católicas chinas con una miríada de obras de caridad difundidas en la inmensa nación. Un dinamismo de caridad que puede incluso evitar las rígidas contraposiciones políticas y geo-políticas: en estos días Jinde Charities está reuniendo fondos y recursos para apoyar a las poblaciones de Taiwán, afectadas por el reciente terremoto, en colaboración con la diócesis taiwanesa de Hualién, en la zona que sufrió mayores daños. 

  

La ayuda de los católicos chinos para las personas necesitadas es una respuesta a los insistentes llamados de los líderes chinos y del presidente Xi Jinping para aliviar la pobreza que todavía pesa sobre gran parte de la población china. En China, entre 1990 y 2005, alrededor de 470 millones de personas salieron de la pobreza extrema, y ahora el gobierno ha concentrado precisamente en las remotas zonas montañosas sus políticas para elevar el nivel material de vida de los 70 millones de pobres que todavía hay. Pero la res impresionante de obras de caridad (casas para huérfanos, institutos de asistencia para discapacitados, enfermos mentales, personas ancianas y no auto-suficientes, guarderías, dispensarios para los pobres) animada por la comunidad católica en la China popular es un fenómeno que normalmente la corriente mediático-clerical (actualmente empeñado en la campaña para tratar de sabotear un posible acuerdo entre la Santa Sede y el gobierno chino sobre la cuestión de los nombramientos de los obispos. Sin embargo, en la actual condición histórica del catolicismo en China, precisamente estas realidades pueden convertirse en espacios verdaderos para anunciar y ofrecer testimonio del Evangelio. 

  

En la China sacudida por impresionantes procesos de transformación social, las obras de misericordia corporal y espiritual representan una vía privilegiada para constatar la liberación cristiana en el contexto social y político chino. El Papa, junto con sus colaboradores, con el apoyo explícito y cordial a las iniciativas de caridad que ja puesto en marcha la Iglesia en China, manifiestan una clarividencia apostólica ignorada por las lobbies político-clericales que viven como una pesadilla la hipótesis de ver caer los muros entre la Santa Sede y la República Popular China. 

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