El padre Carlos Pérez fue nombrado “Capellán de Su Santidad” por Francisco

El padre Carlos Pérez fue nombrado “Capellán de Su Santidad” por Francisco

La condecoración del padre Carlos Pérez por parte del Sumo Pontífice Francisco como “Capellán de Su Santidad”, ocurrió el 18 de agosto de 2016 pero se le entregó el 25 de septiembre en la Jornada Mariana del 33 aniversario. Es por su protagonismo en la advocación de la Virgen y en la beatificación de María Crescencia Pérez.

Voceros del Obispado nicoleño, explicaron a EL NORTE por qué el papa Francisco distinguió al padre Carlos Pérez como “Capellán de Su Santidad”. Ser Capellán de Su Santidad significa rezar por el Santo Padre y unirse espiritualmente por medio de la oración u obras espirituales.

Las distinciones y condecoraciones que otorga la Santa Sede, principalmente son para asociar a distintas personas que en el mundo van teniendo una actuación destacada en relación a los fines de la Iglesia. Sacerdotes muy abnegados, sacerdotes que se han especializado en una temática muy especial, la vida consagrada a un esfuerzo, sea en el ámbito educativo, en el pastoral o el que sea.

Según se explicó “Cuando el Santo Padre tiene que condecorar o distinguir a alguien, lo hace asociándolo a la obra, cómo: hay tres o cuatro grados de asociación, uno de ellos el llamado ‘Camarero de Su Santidad’, es decir que es como una persona, como un familiar, que está en la casa, que le ayuda, que lo auxilia en todos los aspectos domésticos. Otro grado se llama ‘protonotario apostólico’, proto quiere decir primero y notario escribano, es decir el que está al lado, el que le escribe. Otro es ‘Capellán de Su Santidad’, el capellán de un colegio, de un hospital, es aquél que se ocupa de la parte espiritual de ese lugar adonde está destinado. Ser Capellán de Su Santidad significa rezar por el Santo Padre y unirse espiritualmente, a través de la oración y de las obras espirituales a esa finalidad al cual uno está abocado. Si se es capellán de un hospital, visito a los enfermos y lo mismo si estoy en una escuela, o el Ejército o una cárcel. El padre Carlos Pérez ha sido nombrado Capellán de Su Santidad con lo cual ha sido asociado a la obra del Santo Padre, que sabemos que es una obra magna, inmensa, extraordinaria y se puede decir que es el conductor de la barca de la Iglesia, que conduce un colectivo grande donde van todos, la quinta parte del mundo que son los que pertenecen a la fe católica y ahí es donde todo se ensambla. Muchos preguntan si el padre Pérez se tiene que mudar a Roma, a veces algunos van allá, en este caso no, se queda cumpliendo su misión, su tarea en el lugar donde está”.

Para tal designación “el Santo Padre hace un decreto que dice ‘el Sumo Pontífice ha elegido entre sus capellanes al R. P. Carlos Pérez de la Diócesis de San Nicolás, que ha sido considerado digno de tal distinción’, con fecha del 18 de agosto de 2016 y se aprovechó la oportunidad de entregarlo el 25 de septiembre ante la multitud que asistió a la Jornada Mariana. El padre Pérez respondió con un discurso emotivo. Hizo un agradecimiento en donde destacó que todo lo que hizo fue en nombre de su Madre la Iglesia, que entró al seminario a los diez años, que toda su vida ha sido, es y será la Iglesia, agradeció todo lo que ha recibido y la oportunidad de haber intervenido en dos acontecimientos que hicieron transportar a nuestra diócesis al primer plano nacional e internacional”.

Advocación de la Virgen

Los veceros describieron que el “primero es el nacimiento de una nueva advocación que es la Virgen María del Rosario de San Nicolás, antes del año ’83 no existía. Estaba Nuestra Sra. del Rosario que es la misma virgen que corresponde a Nuestra Sra. del Rosario de Pompeya, la de Fátima, etc. En San Nicolás significó una intervención crucial que Pérez tuvo desde la primera vez que la Sra. Gladys concurrió, tres o cuatro días después que tuvo la visión, a ver al párroco del lugar. Así comenzó la historia que hasta hoy perdura. El padre Pérez, como alguien lo ha definido por allí, ha sido el fogonero del acontecimiento, desde el primer obispo, Mons. Castagna, luego del ’94 en adelante Mons. Maulión y desde 2003 en adelante el Mons. Cardelli. Estos 33 años de la Virgen, lo tuvieron como actor principal. Y todo evolucionó de tal manera que la Virgen de San Nicolás es la cuarta advocación mariana masiva criolla. Podemos hablar de Fátima en Francia, de Fátima de Portugal, de Lourdes de Francia, etc. Pero cuando hablamos de criollas es porque son surgidas, generadas acá. Hablamos de Itatí, de la Virgen del Valle, del Milagro de Luján, son hechos autóctonos. Bueno esta es la cuarta masiva, como será que la primera en concurrencia es Luján y después venimos nosotros, San Nicolás”.

Crescencia beata

Luego se dijo que “el segundo capítulo que transportó al padre Pérez al plano nacional fue lo que le ocurrió a un pariente suyo, una tía, María Crescencia Pérez, una chica devota, internada en un colegio del Huerto, no por simple internación sino porque vivía en Guerrico y no había escuelas rurales y entonces le tocó en Pergamino. Se hizo religiosa, tuvo una vida abnegada, murió cuidando a los enfermos y un buen día al mismo Pérez se le ocurrió la idea de analizar qué había pasado con su tía, ya que se hablaba tanto de que era una santa”.

El relato continuó indicando que “tuvo testimonios de su propia familia, de compañeras de la comunidad; en Chile logró un permiso para traer el cadáver a la Argentina y cuando lo cambiaron de cajón comprobaron que estaba incorrupto. Con lo que pensó que había algo más, se informó al Vaticano y se inició un proceso en el que hay que demostrarle al Papa que esa persona, muerta con un concepto de Santidad, realmente lo fue. Si encima se demuestra que por intercesión de esa persona hubo un hecho milagroso, entonces el Papa la decreta beata o santa. Eso fue lo que pasó en este caso, el tema de la Virgen y el de Crescencia son paralelos. Así se llegó a la séptima beata argentina. Esto se dio por el temperamento del padre Pérez, que con el aval del Obispo y los técnicos canonistas, abogados y miles de peritos que estudiaron las causas, médicos que analizaron las sanaciones, se llegó a que Crescencia fuera la séptima beata. El octavo fue Brochero, que ahora es santo. O sea que el padre Pérez en este caso volvió a ser la persona clave. En estos méritos, en la advocación de la Virgen y la beatificación de Crescencia, Pérez ocupó el rol central”.

Jubilación con trabajo

Una vez que Pérez llegó a los 75 años, el Obispo le aceptó la obligada renuncia pero le solicitó que preparara a alguien para que se hiciera cargo del Santuario. Se eligió al padre Luis Prieto como vicerrector, durante un par de años, y después se lo nombró rector el 19 de marzo de 2016.

Pero esos dos casos determinantes para el catolicismo argentino, le valieron al padre Pérez una distinción importantísima de parte del Papa Francisco, nada menos.

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