Inmigrantes, el Papa: “Apoyo a la ley de iniciativa popular”

Inmigrantes, el Papa: “Apoyo a la ley de iniciativa popular”

En la audiencia general Francisco habla de los santos, “hermanos y hermanas mayores”: no es cierto que es más fácil ser delincuente que santo. Por la mañana se reúne con la National Football League: “Trabajo en equipo y juego leal son los valores para combatir el individualismo y la indiferencia”

Por IACOPO SCARAMUZZI

 

El Papa ha dado su apoyo público a la campaña en favor de una nueva ley italiana de iniciativa popular sobre la inmigración durante la conclusión de la audiencia general en a Plaza de San Pedro, después de haber encontrado recientemente, con ocasión de la Jornada Mundial del Refugiado, un grupo de solicitantes de asilo huéspedes en las parroquias romanas. Durante la audiencia Francisco se detuvo sobre los santos, “nuestros hermanos y hermanas mayores”, subrayando que no es verdad que “es más fácil ser delincuente que santo” y que nuestra historia necesita “personas que rechazan cualquier dominación, que aspiran a la caridad y a la fraternidad”. El Papa ha recibido, antes de la audiencia, a una delegación de la Nation National Football League de Estados Unidos.  

  

En ocasión de la Jornada Mundial del Refugiado que “a comunidad internacional celebró ayer”, ha dicho el Papa terminando la catequesis, “el pasado lunes quise encontrar una representación de refugiados que están hospedados en parroquias e institutos religiosos romanos. Quiero aprovechar esta ocasión, la de la jornada de ayer, para expresar mi sincero aprecio por la campaña a favor de la nueva ley migratoria 'Era extranjero, la humanidad que hace bien', la cual goza del apoyo oficial de Cáritas italiana, fundación Migrantes y otras organizaciones católicas”.  

  

Se trata de una ley de iniciativa popular promovida entre otros por Cáritas, Migrantes, centro Astalli, fundación Casa de la caridad Angelo Abriani, Acli, Radicali italiani, Arci, Asgi, Cnca, y una amplia red que cuenta ya con más de 120 alcaldes, que pretende cambiar las políticas sobre la inmigración y superar la actual ley Bossi-Fini. Para que llegue al Parlamento la iniciativa debe conseguir 50 mil firmas en seis meses. El proyecto contempla la introducción de canales diversificados de ingreso al trabajo, formas de regularización sobre la base individual de lo extranjeros ya radicados en el territorio, medidas para la inclusión social y laboral de los solicitantes de asilo y refugiados, la efectiva participación en la vida democrática con el voto administrativo y la abolición del delito de clandestinidad.  

  

El pasado lunes el Papa ha encontrado un grupo de refugiados en San Juan de Letrán, antes de abrir e convenio diocesano de Roma, en presencia del cardenal Agostino Vallini, vicario saliente, y del director de Cáritas diocesana, monseñor Enrico Feroci, que el día antes había acompañado a Francisco a un encuentro con otros 20 refugiados antes de la misa del Corpus Domini.  

  

En la catequesis el Papa ha continuado su ciclo sobre la esperanza cristiana, deteniéndose sobre los santos, “testigos y compañeros de esperando”, y subrayando que la primera invocación de los santos que un cristiano experimenta en su vida es en ocasión del bautizo: “Esa –ha dicho-- era la primera vez en la que, en el curso de nuestra vida, se nos regalaba esta compañía de hermanos y hermanas 'mayores', que han pasado por nuestro mismo camino, que han conocido nuestras mismas fatigas y viven para siempre en el abrazo de Dios”.  

  

La invocación se repite en el momento del matrimonio, dado que “quien ama de verdad tiene el deseo y la valentía de decir 'para siempre', pero sabe que necesita de la gracia de Cristo y de la ayuda de los santos”, ha dicho el Pontífice argentino, subrayando que “para poder vivir el amor matrimonial, algunos dicen 'hasta que dure el amor'. Al contrario es mejor que no te cases. O para siempre o nada”. En general, “en los momentos difíciles se necesita tener la valentía de alzar la mirada al cielo pensando en tantos cristianos que han sufrido tribulaciones y han custodiado blancos sus trajes bautismales, lavándolos en la sangre del Ángel”, porque “Dios no nos abandona nunca: cada vez que tendremos necesidad vendrá un ángel a elevarnos e infundirnos consuelo. 'Ángeles' a veces con un rostro humano porque los santos de Dios están siempre aquí, escondidos entre nosotros. Esto es difícil de entender, incluso de imaginar, pero los santos están presentes en nuestra vida y cuando alguien invoca un santo, una santa es porque está cerca de nosotros”. 

  

Francisco ha concluido la catequesis invocando la oración “que el Señor nos conceda la gracia de ser santos. Alguno dirá: pero, padre, ¿se puede ser santos en la vida diaria? Sí, se puede. ¿Pero esto significa que debemos rezar todo el día? No, significa que debes hacer tu deber durante el día, rezar, ir al trabajo, cuidar a los hijos, pero hacer todo con el corazón abierto hacia Dios, y así nos convertiremos en santos. Se puede, que el Señor nos de la esperanza de ser santos. Nosotros pensamos que es algo difícil, que es más fácil ser delincuentes que santos: no, se puede ser santos porque nos ayuda el Señor. Es el regalo que cada uno de nosotros puede hacer al mundo. Que el Señor nos de la gracia de convertirnos en imágenes de Cristo para este mundo”. 

  

Nuestra historia –ha dicho Jorge Mario Bergoglio-- necesita “místicos”: personas que rechazan la dominación, que aspiran a la caridad y a la fraternidad. Hombres y mujeres que viven aceptando incluso una parte de sufrimiento porque asumen parte de la fatiga de los otros. Pero sin estos hombres y mujeres el mundo no tendría esperanza. Por esto os deseo, y también a mí mismo, que el Señor nos conceda la esperanza de ser santos”.  

  

Antes de la audiencia en la plaza de San Pedro, el Papa se reunió en el Aula Paolo VI a la delegación de la National Football League (NFI): “Como muchos de vosotros yo soy un apasionado de fútbol pero en el país del que provengo se juega en un modo diferente”, ha dicho el Papa. “El trabajo en equipo, el juego leal y el intentar ser siempre mejores son valores –en el sentido también religioso del término-- que guían vuestro trabajo en el campo. Sin embargo, de estos valores hay una necesidad urgente también fuera del campo, en todas las dimensiones de la vida comunitaria. Son los valores que ayudan a construir una cultura del encuentro, en la cual socorremos las necesidades de nuestros hermanos y hermanas, y luchamos el exagerado individualismo, la indiferencia y la injusticia que nos impiden vivir como una sola familia humana. ¡Cuánta necesidad tiene el mundo de esta cultura del encuentro!”.

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