Impugnarán a testigos de Ilarraz

Impugnarán a testigos de Ilarraz

La querella de la causa penal contra el cura Justo José Ilarraz por abusos en el Seminario de Paraná anunciaron que presentarán la impugnación de 12 testigos proveídos por la defensa y que fueron aceptados por la jueza Susana Firpo.

Los abogados querellantes de la causa penal que se sigue contra el cura Justo José Ilarraz por abusos cometidos en el Seminario Arquidiocesano Nuestra Señora del Cenáculo, entre 1985 y 1993, van a impugnar una lista de 12 testigos, todos residentes en Tucumán, presentada por el abogado defensor del cura, Juan Ángel Fornerón. El argumento es que se trata de una medida que tiende a aplazar los tiempos procesales, y posponer la declaración del cura en la causa. 

Nueve de esos testigos residen en la localidad de Monteros, una pequeña ciudad de 62.000 habitantes, a 58 kilómetros de San Miguel de Tucumán, que depende del obispado de Concepción, la jurisdicción eclesiástica a la que ahora pertenece Ilarraz, luego de haber sido expulsado en 1996 de la diócesis de Paraná. Pero desde 2012 Ilarraz está suspendido y no puede oficiar misas en forma pública. 

Hasta septiembre de 2012, Ilarraz fue párroco en la Iglesia Sagrado Corazón, de Monteros, y su obispo fue José María Rossi, quien ya recibió dos exhortos de la jueza de Transición Susana María Paola Firpo para que conteste las preguntas que querellantes, fiscal y defensa le enviaron en el marco de la causa “Ilarraz Justo José s/Promoción a la corrupción agravada”. 

Ilarraz se radicó en Tucumán luego de que en 1996 el entonces arzobispo de Paraná, Estanislao Esteban Karlic, le aplicara la sanción del destierro tras investigar una serie de denuncias de estudiantes del Seminario que lo acusaron al cura por abusos. En su declaración por escrito enviado a la Justicia, Karlic habría reconocido que los hechos existieron, y que escuchó el arrepentimiento por todos esos hechos de boca del propio Ilarraz, en Roma, adonde se encontraron. 

El cura, que fue prefecto de disciplina y director espiritual de muchos de los jóvenes que cursaron el secundario como pupilos en el Seminario entre mediados de los 80 y principios de los 90, viajó a Roma en 1993 autorizado por Karlic para cursar la licenciatura en Misionología en la Pontificia Universidad Urbaniana. De allí regresó en 1997, y con la expulsión dispuesta por Karlic, se radicó temporalmente en Buenos Aires, y abandonó el sacerdocio. Luego, retomó los hábitos y fue acogido por el ex obispo de Concepción, Bernardo Witte. 

En 2004, el ex arzobispo de Paraná, Mario Maulión, le otorgó la excardinación y la posibilidad de radicarse definitivamente en Tucumán. 

La lista 

La causa contra Ilarraz se abrió en septiembre de 2012, y desde entonces hasta ahora ha tenido un recorrido sinuoso: varias apelaciones, cambio de juez, intervención del Superior Tribunal de Justicia (STJ), y la perseverancia de querellantes, Milton Urrutia, Rosario Romero, Marcos Rodríguez Allende, y el fiscal Juan Francisco Ramírez Montrull. 

Una de las últimas resoluciones que adoptó la jueza Firpo –que tomó la causa a finales de 2014– fue la citación a Ilarraz para un pericia psiquiátrica y física, los días 6, 7 y 8 de abril: será la primera vez que el cura pise los tribunales luego de la apertura de una causa penal en su contra. Aunque el trámite ya sufrió un primer traspié: la defensa de Ilaraz impugnó a uno de los peritos, el psiquiatra Sebastián Coll, con el argumento de que ya tomó parte de la pericia de las víctimas. 

La jueza corrió traslado de esa impugnación a Coll, para que haga su descargo, y si el psiquiatra entiende que no hay argumentos en su contra y que está dispuesto a participar de la pericia a Ilarraz, la defensa podría apelar y crear un incidente que podría retrasar, una vez más, la marcha de la causa. 

Aunque no es el único escollo por delante. Los querellantes creen que la lista de 12 testigos presentada por la defensa de Ilarraz es “una estrategia de dilación procesal”, según calificó el querellante Milton Urrutia. El abogado sostiene que “se trata de testigos de concepto, que no tuvieron ningún tipo de conocimiento de los hechos que se le imputan a Ilarraz”. 

Tal como está planteada esa lista de 12 testigos tucumanos, ningún querellantes podría tener entrevista personal con ellos, sino que van a declarar por exhorto. La jueza firmo hizo lugar al pedido de Fornerón y comunicó a los querellantes que “deberán aportar sus pliegos de preguntas” antes del 25 del actual. 

Dilación 

Urrutia sostiene que la presentación de más testigos, sin nada que aportar a la causa, supone una “actitud dilatoria” de parte de Ilarraz. “Son todas estratagemas de dilación procesal, que procuran llevar todo esto hasta el inicio de la feria de julio. No estamos tan lejos de la feria. La nómina que presenta la defensa son todas personas que viven en Tucumán, entonces hay que estar a disposición de la agenda que fije el juez de Tucumán, y las puede fijar para mayo. Y después la mandan acá, y recién entonces nosotros podremos hacer repreguntas, lo que va a estirar más los plazos”, dijo. 

En su opinión, se trata de “testigos de concepto, que van a venir a hablar de Ilarraz como sacerdote, pero de los abusos no pueden decir nada porque no han tomado conocimiento de los hechos. Son estériles para lo que hace a la defensa del sacerdote. Mi opinión es que si de verdad quieren dar su testimonio, que lo hagan en la etapa del juicio oral, pero no ahora. Lo que buscan con esto es alargar los plazos, y que Ilarraz no venga a declarar en la causa”. 

Urrutia planteó la necesidad de que el sacerdote declare en la causa. Y planteándose como exalumno de Ilarraz (fue seminarista antes de cursar abogacía) dijo: “Lo convoco como exalumno más que como abogado. Ilarraz siempre enseñó a sus alumnos –porque no era sólo profesor de religión sino que daba nociones de Derecho– que había que someterse a la justicia, entonces le pido que se someta al tribunal. Decía que si la montaña no viene a Mahoma, Mahoma debía ir a la montaña. Esta es la oportunidad de hacerlo, que no se amilane”. 

En su opinión, la defensa del sacerdote “se contradice” por cuanto insisten en que Ilarraz quiere declarar en la causa, pero a la vez “están planteando elemento que lo que hacen es dilatar todo, con la idea de que el cura no declare. Insisten en medidas como la impugnación del perito Coll, que es una medida dilatoria. En este caso, hago mías las palabras del procurador (Jorge García) que sostuvo que hay que dejar investigar, y no comportarse como la parte más oscura de la Iglesia”. 

Luego, habló de testigos “de peso”, y entre estos ubicó al cardenal Karlic, que ya reconoció los abusos que se le imputan a Ilarraz. “Me pueden traer 200 testigos, pero me quedo con lo que dijo Karlic. Es un testigo calificado”, opinó Urrutia. 

Qué preguntar 

El abogado Milton Urrutia dijo que, en el caso de que no prospere la impugnación, y la declaración de los 12 testigos tucumanos avance, los querellantes procurarán que se establezca una prioridad en las preguntas que se envíen por escrito. 

“Le vamos a pedir a la defensa que presente el pliego de interrogatorios. Queremos saber qué preguntas quiere hacer la defensa, y vamos a tachar todas aquellas que consideremos inconducentes”, apuntó. “No me interesa saber si a Ilarraz le gusta plantar petunias, que efectivamente es lo que le gusta”, graficó. 

El querellante dijo que el aporte de interés que podrían hacer estos testigos citados por la defensa es contar qué saben de los abusos. “Pero lo que es seguro es que no pueden saber nada. Por eso, vamos a impugnar las preguntas que consideremos inconducentes”, subrayó. Y agregó: “Queremos que las preguntas sean direccionadas al conocimiento que tengan de los abusos a través de sus sentidos. Lo demás, no hace al objeto”, publicó El Diario.

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