Cuatro metros y sesenta centímetros de altura, más de una tonelada de peso, color blanco. Se presenta de esta manera la escultura dedicada a Papa Francisco, obra del artista mexicano Pedro Francisco Martínez, y que fue colocada el jueves pasado en Ciudad Juárez, en la frontera entre México y Estados Unidos. La obra, indicó la Radio Vaticana, se encuentra justamente «en el punto en el que se encuentra la frontera entre ambos países. el lugar que Bergoglio visitó hace un año en la última etapa de su viaje a México». 

 

«Es un símbolo del amor, de la bondad y de la solidaridad», explicó el artista Martínez. «El brazo izquierdo es paralelo al Río Bravo, el río que divide a México de Estados Unidos, para que lance un mensaje de esperanza con la paloma y una nuestra ciudad con El Paso, o sea la ciudad en Texas, Estados Unidos, que está inmediatamente después de la frontera. Son ciudades unidas —prosiguió el escultor— que no deben ser separadas ni por un muro ni por un río. La comunidad humana no tiene fronteras». 

 

El pasado 17 de febrero, en la ceremonia de inauguración, participaron el alcalde de la ciudad fronteriza, Enrique Serrano, y la orquesta Aztec, conformada por 120 jóvenes intérpretes. La misa final fue presidida por el obispo local, monseñor José Guadalupe Torres. 

 

Como refirieron los medios locales, en los últimos días decenas de miles de mexicanos se han manifestado para protestar en contra de la decisión de construir un muro en la frontera entre los dos países, idea del nuevo presidente estadounidense Donald Trump. También ha habido diferentes manifestaciones en algunas ciudades del vecino país.