Más adelante, indicó que “si bien todas las advocaciones de la Virgen María son importantes, la que llevamos en el corazón todos los católicos formoseños es Nuestra Señora del Carmen porque su bendición maternal nos protege y nos guía desde la misma época fundacional”.

Recordó que la fe y adoración mariana de los formoseños es una tradición que arranca desde los tiempos fundacionales, porque traída a estas tierras por misioneros franciscanos acompañó a todos los habitantes de la provincia a lo largo de nuestra joven historia para que nunca quedemos errantes y sin rumbos”.

También anheló que “en esta fiesta mariana que este año celebramos en Formosa bajo el lema ¨caminamos con fe para vivir el perdón, la unidad y la paz¨, las fuerzas de las tinieblas se disipen con la luz de la oración y del escapulario del Carmelo que hace descender permanentemente sobre el mundo una copiosa lluvia de gracias espirituales y temporales”.

Precisó el presidente nato de la Legislatura provincial que “es nuestra mejor compañera para transitar sin desviarnos en este tiempo tan convulsionado por la senda del amor fraterno, la caridad y la paz, valores necesarios para construir un mundo más justo, porque al decir del Santo Padre Francisco, la fe ilumina con verdad y razón los caminos del bien común”.

En este sentido, sostuvo que “esta es una nueva oportunidad para que decidamos refrescar nuestras vidas como ella lo desea, siendo generosos, abriendo nuestros corazones a los demás, aún a los que nos agravian, de modo tal que aplacando nuestras vanidades y egoísmos, nos sintamos más comprometidos con la suerte de nuestros comprovincianos y más cerca de Dios.”

“De esta manera, llenando nuestros corazones con los valores del reencuentro, la solidaridad y el amor, podremos convertirnos en artífices de una familia grande e indestructible, para poder proyectarnos desde una Formosa de hermanos hasta un mundo fraterno, sólo entonces la anhelada civilización del amor vendrá por añadidura”, subrayó el vicegobernador Bogado.