El presidente estadounidense afirmó que quiere asegurarse de que los esfuerzos para una solución de dos Estados en el conflicto palestino-israelí se mantengan vivos después que acabe su presidencia.

Hablando frente a la prensa, antes de su reunión en un hotel en Manhattan, los dos líderes transmitieron un ambiente extremadamente amable, dejando de lado los años de una famosa relación irritable. La palabra "Irán", un país cuyo programa nuclear ha sido la fuente de considerable fricción entre ellos, no se menciona ni una vez.

Pero junto con las sonrisas, Obama indicó que en sus conversaciones privadas presionaría Netanyahu sobre la manera de poner sobre la mesa de negociaciones con los palestinos y poner freno a la actividad de asentamientos en Cisjordania.

"Tenemos que mantener viva la idea de Israel como un país seguro junto a un Estado palestino", aseguró Obama, añadiendo que usaría la reunión para tener una idea de las "oportunidades y desafíos de los próximos años" de Israel.

Por su parte, Netanyahu le aseguró a Obama que Israel "nunca renunciará" al objetivo de la paz.