El rey Salmán de Arabia Saudita recibió el martes al patriarca maronita libanés, cardenal Bechara Boutros Rai, algo inédito en Arabia Saudita en momentos en que la monarquía acentúa la presión sobre el Líbano para intentar aislar al Hezbolá, la formación proiraní que forma parte del gobierno libanés.

El patriarca maronita Bechara Rai, que llegó el lunes a la capital, Riad, se reunió con el ex primer ministro libanés, Saad Hariri, quien anunció hace diez días su dimisión desde la capital saudita.

El patriarca y el rey "evocaron las relaciones fraternales entre el reino y el Líbano y confirmaron la importancia del papel de las diferentes religiones y culturas en la promoción de la tolerancia y la renuncia a la violencia", indicó la agencia oficial saudí SPA.

El patriarca también se reunió con el poderoso príncipe heredero, Mohamed bin Salmán.

Se trata de una visita emblemática en un inusual momento de intercambio interreligioso en el reino ultraconservador que alberga los lugares más santos del islam.

"La visita del patriarca Bechara Rai destaca el apego del reino por la coexistencia pacífica, la proximidad y la apertura a todas las partes de la población árabe", escribió en Twitter el ministro a cargo de las relaciones con los países del Golfo, Thamer Al Sabhan.

La renuncia de Hariri, que sumió al Líbano en una crisis, se produjo en un clima de crecientes tensiones entre Arabia Saudita, un país musulmán de tendencia sunita, y su vecino chiíta, Irán, que respaldan cada cual bandos antagonistas en conflictos como los que actualmente existen en Siria y Yemen.

El presidente libanés estimó que Hariri tenía su libertad "restringida" en Riad. Pero éste aseguró por su parte el domingo que se dispone a regresar "pronto" a su país, asegurando ser "libre" en Arabia Saudita.